Flames [Andrew, Adrik]

Suspiró, acababa de llegar y no sabía bien como mantenerseen un solo sitio de momento. Para esto no conocía casi a nadie. Se sentía como si estuviese fuera de lugar y claro que sabía que se sentiría así, pero realmente no conocía mucho por ahí y no quería andar dando cueltas a lo tonto, aunque ya estaba haciéndolo si se ponía a pensarlo.

Ya era tarde y se escabulló en las afueras del castillo solo para ver que veía por ahí. No sabía cómo se manejaban las cosas aún, estaba intentando adaptarse. Finalmente se recostó en el pasto viendo el cielo con aquellos tintes que en su reino no se veían. Qué curioso, estar en una tierra extranjera. Bueno, el siempre andaba de un lado a otro, pero esta vez era diferente, si estaba allí era porque quería quedarse y permanecer allí por Chris, entonces no era como cuando tenía su casa en el reino del fuego y apenas pisaba ese lugar. Cerró los ojos, estaba aburrido, pensó en que al día siguiente iría a echar un vistazo a ls dentrenamientos militares para entretenerse y pensando en ello y por el clima de allí, se quedó dormido al poco tiempo.

Sus labios amortiguaron bien el sonido que los suyos dejaron escapar en el momento en que le sintió penetrándole. Por favor, aquello era delicioso y ya estaba dudando de poder mantenerse callado, seguro les descubrirían de seguir así. Se movió sobre él sin separarse de sus labios, pegándose a su cuerpo rozándole a través de las ropas, de hecho, eso también se sentía bien, la piel de su cuerpo, demasiado sensible en ese momento le estaba haciendo complicado el estar en silencio... los sonidos, de su cuerpo al estarle recibiendo, el que producían las telas, todo le estaba haciendo perder la cabeza. Se abrazó a su cuello, asegurándose de que sus labios le transmitieran también la excitación que sentía, incluso se notaba en sus ojos, ahora quería arrancarle a él los gemidos que el debía aguantar, pero no debían descubrirles ¿no? Pero qué tentador resultaba intentar hacerle perder el control, claro si lograba concentrarse lo suficiente para ello. Solo podía mover sus caderas guiando aquel movimiento para setirlo más profundo uy placentero.

Trataba de no perder la concentración sobre lo que pasaba a su alrededor pero sinceramente se le olvidaba por momentos, aumentó la rapidez en la que sus caderas se movían. sonrió y se detuvo de pronto separándose apenas de esos labios que hacían bastante bien su trabajo -Alguien se acerca -susurró muy bajo mordiéndole el labio inferior. Un último movimiento para tenerlo tan profundo como fuese posible -Y bien? -sonrió con esa sonrisa divertida en su rostro, que además se veía sonrojado y afectado por aquel acto de placer. Escuchó el sonido más cerca, los pasos y llevó sus manos a sus propios glúteos moviéndolos mientras su vista buscaba la dirección de donde escuchaba eso, podían no verlos, pero era divertido no saberlo con certeza.

Arisai, sin saber el rumbo de la conversación de los dos que no estaban tan lejos, tenía la atención fija en el gobernante del reino, viéndole intentar deshacerse de las ropas que realmente comenzaban a parecer molestas -Ah... la habitación suena bien... -Se acercó a su oído -Porque ninguno de los dos tendría que contenerse... -susurró siseando con una sonrisa antes de morderle suavemente -Pero...  ¿es qué puede realmente hacer eso, Su Majestad?- Pronunció esas últimas palabras con cierta lentitud -Porque no creo tener tanta paciencia como tu -Acercándose de nuevo a sus labios, hablando sobre estos. Le besó con cierta calma, estaba tan deseoso como él, incluso si podía pareer tranquilo en ese instante. Ya bastante estaba aguantándose las ganas de tirar de sus ropas aunque las desgarrara en el proceso, la única gota de conciencia que le decía que eso no era algo bueno era lo que mantenía su cordura en ese momento.