Un entrenamiento complicado

¿Dónde estaba? No lo sabía en realidad. De hecho si se le preguntaba el juraría que estaba soñando. Veía su cuerpo moverse, sin embargo todo estaba cubierto con alguna especie de niebla. Y cada vez que enviaba una señal a su cuerpo no parecía recibirla, como si no fuese suyo, o como si no estuviese conectado con su mente.

¿Lo último que había hecho? Ah... eso... recordaba haber estado con aquel sujeto ¿Cuál era su nombre? Ni siquiera lo recordaba. Le preocupaba sin embargo darse cuenta de lo que estaba haciendo. Observaba a una joven que al parecer practicaba. Él, como un elemental de fuego, no tenía idea de las habilidades del resto. La guerra había terminado y aunque el creía que no todo podía ser paz, no se daba cuenta de lo que estaba pasando. Aquello no era un sueño, lo supo al momento de acercarse con la rapidez que le había dado su estancia en el ejército. Lo supo por el calor de sus propias flamas que se habían acrecentado de pronto como un gran incendio rodéandole, y aunque no le haría daño a la chica frente a él si si se acercaba demasiado.

Observó el encendedor en su mano. En el fondo, fuera de aquella sonrisa en su rostro, el verdadero ser del joven quería detenerse, consumir las llamas en un suspiro e irse y mantener la calma. Su corazón latía con fuerza y su desesperación aumentó, pero su cuerpo en ese momento le pertenecía a algún titiritero. Uno por el que se había dejado atrapar sin nisiquiera saberlo.

Detente su propia voz resonó en su mente. Error! como si disfrutaran de ver el debate interno que empezaba, fue obligado a atacar sin remedio. Fue entonces que con toda su fuerza de voluntad solo pudo retrasar ese movimiento apenas por algunas céntesimas de segundo.

Maldita sea Era totalmente extraño que controlaran tu cuerpo. Pero si lo habían tomado desprevenido sin duda era porque sin querer se había confiado. Aquella impotencia empezó a cansarle. Una gran llamarada envolvió su cuerpo y un grito dsgarrador llenó el lugar. Jadeó al recuperar tan solo por un ínfimo momento el control. Las llamas se apagaron, y la expresión de su rostro cambió al ver a la muchacha. ¿Quién era ella? Algo tenía que haber... Si alguien se había tomado la molestia de controlarle y llevarle hasta ahí, debía haber una razón. Abrió los labios intentando decirle algo. Tal vez que corriera. El poder destructivo que el tenía tal vez no era el más grande, pero era suficiente en cualquier caso para eliminar a cualquiera.

Había recibido un ataque y solo ahora odía sentirlo. Quien hiciera aquello realmente lograba desconectarlo. Tenía que detenerlo o el que terminaría mal sería él o la usuaria del viento. Pero sintió aquello como un golpe, haciéndole perder aquella lucha con alguien que no odía ver. Las flamas se agolparon en su mano, supo que apuntando a ella. Su control era preciso. Había sobrevivido de aquella manera.

Corre... un pensamiento, solo eso. Sabía bien lo que seguía, porque a razón de quien controlaba esa llama podía tomar cualquier forma y vie cómo crecían, como formaban aquella silueta, como un dragón que se extendía girando en torno suyo. una barrera, un ataque, podía ser cualquiera de los dos. Y ella usando viento no odría apagar aquel fuego. No pudo detenerlo, la flama se movio siguiendo el camino hasta ella. moviéndose como una serpiente, avanzando tan rápido como una en las corrientes del agua.

Respiraba con dificultad, la movilidad regresaba por momentos, el control que ejercían sobre él estaba disminuyendo, del mismo modo empezaba a sentir cierto dolor por todo su cuerpo, soportable a su parecer, pero era extraño. ¿Había visto bien? Pensó que tal vez sus sentidos le habían engañado.

No tuvo tiempo para pensar demasiado, aquella fuerza que le movía sin que el lo quisiera le hizo moverse rápidamente y con la agilidad que poseía llegó a estar lo suficiente cerca para atacar de nuevo. No sabía como los había encontrado, pero es porque él no era el que se estaba moviendo. Ya no tenía fuerza para resistirse así que solo vio el fuego moverse cerrándoles el camino mientras su consciencia se desvanecía.

Su último pensamiento era acerca de esa persona con la que se había involucrado y de la cual no podía recordar su rostro. En su memoria eran solo sombras, por mucho que se esforzara en recordar sus facciones algo se lo impedía. Pero ahora sabía que para tener el control sobre él y hacer todo aquello debía tener bastante poder, pues le había convertido en una simple marioneta. La pregunta importante era ¿Por qué? ¿Qué tenía aquella chica? La verdad se veía inofensiva…

El fuego les rodeó, aquel rey sin duda podía escapar de ello, pero la pregunta era si huiría como la mejor opción a esa situación o si se encargaría de que el ya no tuviera oportunidad de hacerles daño.

Si tan solo él fuese quien solía ser aquellas palabras tendrían sentido, pero ya ni sabía lo que pasaba. Aquella voz sonaba tan distante que apenas distinguía las palabras. El también sabía que lo que estaba sucediendo podía traer problemas y eso era algo que no quería. ya mucho les había costado tener esa relativa paz como para que resultara que fuese alguien como el el que iniciara un conflicto por simple que le pareciera.

Toda respuesta fue una especie de gruñido para aquel gobernante y un nuevo ataque, uno que hacía que el cuerpo de aquel elemental de fuego usara todo su potencial . En su sano juicio jamás habría atacado a alguien de la milicia, ni siquiera a cualquier elemental que le causase problemas. Prefería callar o ignorar cualquier cosa mientras pudiese estar relativamente tranquilo... Ahora, atacar a uno de los reyes era algo que estaba totalmente fuera de lugar, así no fuera su nación. Es más, podría ser tomado como algo más que un simple ciudadano perdiendo el juicio, jamás querría involucrar a la Nación del fuego en disputas innecesarias, porque a pesar de todo le gustaba estar ahí. El fuego le rodeaba, pero a quien le movía no le preocupaba en absoluto lo que pudiera pasarle, así que sus habilidades eran usadas indiscriminadamente.