De Vago como siempre

Un cigarro encendido era lo que acompañaba a Hefestos por las calles del mercado, había visitado a su padre y hermano les procuraba cada vez menos, ya que si bien el rey no le necesitaba demasiado había trámites que debía hacer en su nombre. Dio una calada paseando entre puesto y puesto conocían bien las calles no solo por haber vivido y crecido allí, era simplemente que aún no aprendía a no escapar de sus obligaciones cada que se aburriese de ellas.

Los niños jugaban con las pelotas golpeando más de un puesto haciendo rabiar a los propietarios y él solo reía al verlos. Medio mundo le reconocía más de lo que quisiera pasaba demasiado tiempo en esos lugares, una manzana suplanto al cigarro que acababa de tirar debía regresar rápido antes que se dieran cuenta que faltaba pero no quería irse sin antes comer ya que no terminaría hasta el anochecer –Era mejor en mis tiempos de guerra, a menos comía tres veces al día…– frunció el ceño dando una mordida a la manzana –Sí come eso y no esta acostumbrado no podrá levantarse en dos días– le dijo a un hombre un tanto extraño sus ropas no eran comunes por ese rumbo además desde que la guerra termino toda persona de los reinos vecinos tienen plena libertad de ir y venir.

Le sonrío observando la comida –Hombre valiente o muy confiado– dijo sosteniendo la hogaza de pan dada por aquel joven –Gracias– fue lo único que salió de su boca mientras observaba lo que tenía enfrente –Si gusta la enfermería esta a un par de calles de aquí, no es por querer que se enferme pero al ser extranjero no es muy bueno comer este tipo de cosas– le miro dando una mordida al pan, algo que ama de su reino es la comida extremadamente caliente y picante es algo que le complace y para los extranjeros eso es un arma mortal –No me diga que vino a estas tierras solo por su comida– si hoy Hefestos estaba más curioso que de costumbre a menos que el hambre le hiciera ser así.

Le miro de reojo mientras terminaba esa hogaza de pan sonrío una vez más y es que esa personalidad le causaba cierta gracias –Soy Hefestos un placer guiarlo por estas tierras– lo dijo con un tono educado tomándose el papel muy enserio –Luzbell según tu nombre y no es por nada pero el resplandor y bronceado de tu piel o eres del reino de la luz o de la tierra pero apuesto más por el primero– comento muy seguro de su afirmación.
Llegaron al restaurante el cual es un tanto rustico pero de acuerdo a sus pocas palabras es lo que quería –¿Te molesta si te llamo por tu nombre? últimamente soy muy informal con las personas que conozco después de todo si invitas a alguien a comer ya son amigo ¿no?– se giro para verlo dando una sonrisa de medio lado –Adelante el mejor de la zona y no tan mortal para los extranjeros– comento intentando no morir de risa.

Camino sentándose en la mesa colocando los codos encima de esta –Sí observador– dijo alzando los hombros y riendo –Bueno era de esperase, fue una pequeña ayuda de tu parte es como si ahora mismo te preguntara de que reino crees que soy, estamos de acuerdo que te he dado demasiadas pistas… así que bueno, tu nombre fue la pequeña ayuda que necesitaba aunque también ese bronceado es peculiar de pasar tanto tiempo en luz clara– comento mientras llamaba al mesero –Me trae dos cervezas flaméales y la carta. Esas son las bebidas más refrescantes por aquí no te guíes por el nombre y espero que no te moleste que haya pedido por ti– le miro un momento como analizándolo –¿por qué el reino del fuego?– no es que no fuera atractivo el lugar pero últimamente llegaban más extranjeros a su tierra o tal vez pasa lo mismo en otros lugares y él solo no se da cuenta.