...Aguamarina... {Ciaran Moore}

Había salido y estaba en los alrededores del castillo. Suspiró y se sentó en el pasto. Sabía que no podía desaparecerse así ni por mucho, pero aún le costaba quedarse encerrado en aquel sitio. Byakko como siempre le había seguido y se echo a su lado ronroneando cual gatito. Sonrió y le acaricio el pelaje.

-Solo estaremos aqui un ratito ¿vale? Un poco de aire fresco y regresaremos... - Eso era más para él que para el felino. Solo necesitaba que esa sensación extraña desapareciese. ¿Tal vez tenía que ver con aquella prisión? Pero no tenía razón de ser... eran cosas muy diferentes si se ponía a pensarlo. A muchos les había sorprendido que sobreviviera sin alimento tanto tiempo. La verdad solo había hecho algo extraño con su poder con el agua para mantenerse con vida, nada extraordinario.

Cerró los ojos y se recostó sobre el suave lomo de Byakko. hubiese permanecido así y probablemente se habría dormido. Pero un ruido repentino le hizo incorporarse y buscar su procedencia. Era como temer ver a alguien que no quisiera, pero de nuevo, era una jugarreta de su mente, porque ciertamente no había nadie así en el castillo. Era vil costumbre lo suyo.

Se levantó en automático e hizo un liggero movimiento con la cabeza como saludo al encontrarse con otra persona en aquel lugar. Sabía quién era porque lo había visto en alguna ocasión, aunque nunca había hablado con él... ni siquiera había estado cerca. Le habían dado una breve explicación de las personas con alto rango en el reino para que se diera idea, pero de eso a más no había pasado.-Ciaran Moore... - dijo apenas audiblemente. Nos abía si ese era su nombre o no... no estaba muy seguro de su memoria que le fallaba muchas veces.

El día transcurrió de forma tranquila y normal como solía ser de costumbre. Entreno junto a sus hombres, se preocupó de enseñar lo básico a los más nuevos, también el cuidado del armamento y buenas tácticas de defensas, siempre de manera óptima y estricta, especialmente con los más novatos, sabiendo que se ganaría el desprecio de más de alguno de ellos…aunque no le importaba mucho la verdad, ya que siempre tenía otras cosas en las que pensar, que preocuparse si caía bien o no a quienes le rodeaban...sólo eran simples trivialidades,¿no?.

Después de haberse encargado de todos sus deberes y ordenes, decidió ir a liberar tenciones y distraerse con una agradable caminata por las afueras del castillo. El día estaba perfecto y habría brisa fresca y suave proveniente del mar, sería imposible para Ciaran no aprovecharla de buena manera después de tener trabajo toda una mañana, y como buen elemental de agua necesitaba dejar que aquella brisa marina le envolviera y diera ánimos.

Mientras rodeaba el lugar con total calma, se dedicó a observar con sus orbes profundas y azules los hermosos y enormes paisajes de su reino que siempre le habían llamado la atención, y que a su parecer eran mucho más maravillosos que cualquier pintura existente, ya que ningún cuadro podría copiar algo tan magnifico.

Sin darse cuenta, se distrajo ante esos pensamientos de forma casi inmediata…algo muy normal en él por extraño que pareciera, aunque sólo le ocurría cuando estaba a solas. Dejaba divagar su mente en cualquier cosa menos en la batalla o en tácticas de lucha, porque no era un hombre que tuviera la palabra “entrenamiento” o “guerra” grabada en su mente todo el tiempo, aunque la mayor parte de los suyos creyeran lo contrario de su general.

Aunque para su sorpresa, sus divagaciones se vieron interrumpidas al escuchar un suave murmullo cerca de donde estaba. Giro su cabeza de forma inmediata en la dirección de donde provenía, al ver de quien trataba hizo un gesto de reverencia ante el otro hombre- Espero no haber interrumpido nada…mis disculpas -dijo con tono cordial, para luego sonreír un poco a su Rey y hacer ademán de retirarse, ya que de seguro buscaba un rato de paz al igual que él.

-Ah... no, no... no interrumpe nada -dijo moviendo el brazo en un ademán acompañando sus palabras, haciéndolo con algo de efusividad al verse descubierto -Solo salí un momento... pero tendré que volver pronto... - de alguna manera su tono de voz había disminuído mientras decía aquella frase.

Dio un par de pasos, pero Byakko se le atravesó en el camino haciéndole tropezar. Se quedó en el suelo y le vio con una sonrisa algo nerviosa -Lo siento... probablemente quieras estar solo ¿no? - Decía eso porque él había ido a ese sitio huyendo de las altas paredes del castillo. Había momentos en los que se sentía atrapado y no era exactamente por haber aceptado una tarea que al inicio le había parecido imposible para alguien como él, no, eso era algo diferente. Era como sentir que se ahogaba estando encerrado. No alcanzaba a comprenderlo del todo, solo que de repente le parecía insoportable y por eso terminaba escapando aunque no muy lejos.

Había aceptado la responsabilidad porque aquella piedra le había señalado como el próximo gobernante y parecía que no había salida de ello cuando la vio brillar en sus manos. Hasta ahora no lograba entender las razones, pero no era algo que se debiese pensar tanto. Él quería mantener la paz en aquel reino... quería proteger aquel lugar... porque era el reino al que pertenecía y porque lo apreciaba con toda el alma, no quería ver una guerra como aquella de nuevo. No mientras algo de ello estuviese en sus manos. Y si podía ayudar, como ahora, que su energía estaba siendo usada para reestablecer lo que el rey anterior no había terminado, eso le parecía bien...

Miró con curiosidad a la persona que estaba frente a él. Recordaba con claridad lo que le habían dicho de que era el General y que era muy serio respecto a su trabajo. Se acomodó sentándose de la forma más cómoda que encontró. De repente se dio cuenta de que lo estaba observando tan fijamente y miró para otro lado, eso había sido maleducado de su parte.

Se detuvo al escuchar que le hablaba, y su atención hacia el otro aumento al apreciar como disminuía su tono de voz, cosa que le hizo algo de gracia…pero más precisamente porque el rey se estaba excusando con él del porque se encontraba allí descansando. Iba a dirigirle la palabra nuevamente, pero se sorprendió un poco al ver como caía al pasto por culpa de su mascota la cual se cruzó frente de este.

Cerró sus ojos y negó con la cabeza, aun continuando de pie frente a su rey- No tiene por qué darme explicaciones…y la verdad sí, buscaba estar solo…pero su presencia no me desagrada en lo absoluto señor –aseguro de forma sincera, sentándose a su lado y notando como los ojos del otro hombre continuaban fijos en su rostro. Alzo una de sus cejas curioso ante ello.

-¿Le sucede algo?...–le pregunto con tono neutro, fijando también sus orbes azules en la cara de su acompañante, mientras colocaba una de sus manos sobre el pasto como apoyo.

Se sintió totalmente extraño. Desde que había llegado no había podido acostumbrarse a que le trataran así. No sabía si porque no estaba acostumbrado a estar con compañía a esas alturas, o porque la forma en la que lo trataban era radicalmente diferente a lo que había tenido que ver eantes. Con sus palabras salió de aquel trance en el que había caído

-Ah, no, no, no... -Ahora estaba hablando muy rápido. Estaba a punto de darse un golpe a sí mismo por su actitud nerviosa en ese instante, estaba negano con los brazos cruzándolos frente a él -No me pasa nada... -

Por la hora, suponía que sus labores habían terminado. El verlo sentarse a su lado le hizo calmarse un poco. Bueno, tal vez no... No sabía cómo diantres debía comportarse a estas alturas. Dejó escapar un suspiro. ¿En qué estaba pensando? Se estaba preocupando sin necesidad. Si las cosas se ponían extrañas sería meramente su culpa.

-¿Cómo ha sido tu día? - preguntó eso porque no se le ocurrió demasiado y las conversaciones no eran exactamente lo suyo, no sabía como acerlo decentemente después de tanto tiempo. Sus conversaciones parecían durar un par de frases a lo mucho, empezaba a preocuparse ahora que se encontraba en esa posición. Porque no era bueno ¿no?

A cada gesto que hacía o palabra que decía el chico, se notaba que en verdad se encontraba demasiado nervioso. Quizás por culpa del excesivo trabajo o simplemente por su presencia en el lugar, no estaba segura la verdad y aunque deseara preguntar descarto inmediatamente esa idea ya que no era de su incumbencia.

-Mi día ha sido…productivo, como de costumbre señor, además ya comencé con los entrenamientos a los más novatos y le aseguro que en poco tiempo mejoraran sus habilidades –comento para luego levantar su vista el cielo, distrayéndose unos momentos con la amplia vista, pero enseguida volvió a dirigir su atención a su rey…ya que debía reconocer que le intrigaba demasiado la actitud que mostraba en esos momentos-

-¿Y su día como ha sido?...imagino que estresante, ya que luce tan nervioso señor…-pregunto ladeando un poco su cabeza, y reprochándose un poco por sentir curiosidad ante las actitudes del otro…pero realmente no podía controlar ciertas cosas de su personalidad.

-Tu trabajo... ¿es complicado? -preguntó sin pensar, solo que en su mente se había aparecido la idea de que algo como eso no era sencillo, si le pusieran a hacerlo seguramente no podría. Aunque bueno, lo de ser rey estaba igual o tal vez peor, saber que tus decisiones afectaban a todos podía tener un efecto algo estresante en ocasiones. Sin ayuda, jamás habría podido en un inicio realizar lo que le pedían, porque ni siquiera sabía nada de la situación actual del reino cuando despertó en el castillo.

No sabía ni que había terminado la guerra, se había sentido perdido por días hasta que fue asimilando todo. Eso y se sentía agotado, pues su cuerpo no estaba acostumbrado a la tarea principal por la que estaba allí. Nunca pensó que aquel proceso de purificación pudiese ser tan abrumador, pero o se había acostumbrado o ya no era tan pesado.

Enseñar a otro a mejorar sus habilidades le sonaba complicado, pero él había tenido que aprender solo y nunca le había enseñado nada a nadie, así que no estaba seguro. Cuando le escuchó decir lo último se sintió ligeramente apenado. Significaba que había sido totalmente evidente -En realidad no he terminado... Aún quedan cosas por hacer... pero sentía que no podría seguir allí o iba a dejar de respirar... -aquella respuesta... ¿por qué le estaba diciendo algo como eso? No es que fuese mentira, pero le parecía que debía contestar algo diferente -... Salí un momento para quitarme esa sensación... -Observó el castillo que estaba muy cerca. Era algo un tanto impresionante. Eso era lo que pensaba desde que lo había visto la primera vez estando consciente.