Te odio, de verdad... {Alessandro, posible +18 ^^'}

Aquí estaba de nuevo... ¿Qué demonios pasaba conmigo? ¿Por qué invariablemente siempre que el trabajo terminaba siendo problemático terminaba en aquel sitio? Sin pensar mucho casi patee la puerta, seguro que Watanade me diría algo por eso...

El día se había complicado. Aquellas personas a mi cargo a veces me hacían las cosas complicadas, no parecían poder aplicar lo que yo les estaba pidiendo, ciertamente yo no tenía la mayor paciencia del mundo, pero a ellos les tenía tolerancia. Eran la fuerza de nuestro reino y tenía que tenerlos listos en todo momento, pero ellos no parecían entenderlo...

Ah! ya lo sabía! era ese pequeño mínino... Si! Seguro que era por eso! De tan solo pensarlo no pude más que querer sentirlo entre mis manos. A esa pequeña cosita bonita y suavecita... Claro que no tenía nada que ver con ese cara de póker que abriría seguramente la puerta con aquella ligera aura de que no le gustaba mi presencia y tal vez con un 'lárgate, Stelam'

Un segundo después la puerta se abrió y vi su larga cabellera. Mis ojos se encontraron con su casi incolora mirada... 'Watanade...' Fue mi único saludo, aunque había hecho una mueca de no estar muy a gusto con aquello. Me acerqué quedando muy cerca, era para evitar que me cerrara la puerta, en esa posición no podría hacerlo como la última vez que estuvimos discutiendo justo en ese marco.

Aless le miro con intensidad y después sonrió como si algo diabólico hubiese pasado por su cabeza.

-soy solo un hombre- susurro con voz ronca- eres tu el experto amante aquí rix- hablo soltando sus manos y enderezándose, quedando a horcadas, dominante, sobre el cuerpo ajeno- porque no me lo enseñas rix? Como dar placer? si acaso hay algo en lo que posiblemente conozcas mejor que yo, seria esa área… o es que…te sobrevaloro?- sonrió tomando el mentón de rix en una de sus manos, observando su bello rostro con verdadera apreciación aunque no lo demostrara, sus ojos viajaban por cada una de sus facciones sabiendo que todo el conjunto seria suyo esa noche... quien sabe, bien dicen que la mejor forma de escapar de una tentación es caer en ella.

Su sonrisa le decía a rix que lo estaba retando, que lo menospreciaba y obviamente lo hacia a poroposito, la pregunta es, podría rix resistirse a la tentación de responder a sus provocaciones? alguien inteligente lo haría... si alguien inteligente y sin una pizca de orgullo y mucha de auto preservación.

La forma en la que le miró fue un verdadero reclamo. Odiaba que el hablaran de esa forma y viniendo de él lo hacía muchísimo peor, estaba frente a una situación con una doble salida, ninguna d elas cuales le convenía y su maldito orgullo se interponía también. Se maldijo a sí mismo al momento en que desvió la mirada de aquellos ojos grises que había visto ya tantas veces pero en los que jamás notó un brillo como aquel. Aspiró y luego le tomó de la ropa, empujándole, lo que le permitió quedar sobre él.
Le observó con superioridad estando él sosteniéndole poniendo las piernas a sus costados -Watanade... - Su mirada y la ira contenida en su voz podían notarse a kilómetros de distancia. Si algo no podía soportar era que se atrevieran a mencionar algo como menospreciarlo. Y su enojo era por ser incapaz de ir en contra de las provocaciones de aquel sujero.
Se acercó a su rostro viéndole de cerca y tocando sus labios con la yema de sus dedos, mientras la otra se movía recorriendo su torso hasta llegar a su entrepierna -¿Quién es el más deseoso aquí, Alessandro Watanade? - sus manos le recorrieron estimulándole, en realidad como a él le gustaba que hicieran con él. El estaba trayendo esos temas, bueno, él te´nía sus ideas con todo ello. Una sonrisa se dibujó en su rostro y le mordió los labios con más fuerza de la necesaria, aunque no llegó a hacerle ningún daño. Su cuerpo se movió sugestivamentesobre sus caderas cuando apartó sus manos un vez que se hubo asegurado que ya no estaba en condiciones de burlarse de él. Le atrapó en un beso largo y profundo. Lo que menos quería era escuchar su voz justo ahora diciendo cosas como las que ya había dicho.

Sonrió cuando lo vio haciendo un esfuerzo por excitarlo a pesar de la ira que se reflejaba en sus ojos, era cierto, lo excitaba... pero habia calculado mal la ecuación esta vez, a pesar de que rix parecía cooperativo la mirada de ira y furia en sus ojos lo encendía y lo detenía al mismo tiempo... pese a que era la única oportunidad que tenia... no deseaba tenerlo de esa forma, no cuando la ira se arremolinaba de aquella forma dentro del otro.

Aunque había desnudado a su compañero el seguía vestido y dio gracias por lo conveniente de esto, se enderezo con riz sobre el, dejándolo a horcadas sentando en sus caderas y le beso sujetándolo por la espalda baja- te dare algo que te gustara- susurro contra sus labios y levantándose lo levanto consigo dejándolo después en la cama, sentando en la orilla y echando su cabello atras dejo que sus rodillas tocaran el suelo, quedando entre las piernas de rix. Su mirada orgullosa se poso en las azules lagunas ajenas y sonrio suavemente antes de que su boca fuera hasta el miembro ajeno lamiendo la cabeza, sus atenciones pasaron a lamer toda la extensión y poco despues a tomar toda la cabeza en su boca, bajando y tomando mas de su extensión... aunque le gustaba dar placer no era adicto a aquella accion, asi que se tomo su tiempo en estimularlo...,en saborearlo.

Cuando se movió, toda su concentración se esfumó e incluso no reaccionó a sus movimientos. Dejo que le besara sin responder, como si aquello fuera algoq ue no le causara mucha sorpresa, auqne estaba medio perplejo. Escuchó sus palabras y le vio moverse con aquella forma tan marcada en la que él solía hacer cada cosa. Le vio arrodillarse, pero aún estaba como sopesando aquello cuando sintió sus labios sobre su piel. Tuvo que ahogar el sonido que quiso escapar de sus labios cuando empezó a sentir que la humedad de sus boca hacía efecto rápidamente sobre su cuerpo. Aferró sus manos al oscuro cabello y pensó en detenerle, pero le faltaron fuerzas para hacerlo. Maldita sea, aquello se sentía bien y por un momento sintió que ya no le importaba mucho aquella situación. Aún así, su mente seguía funcionando, así que hizo aquel vano intento por pararlo -Alto, Watanade- su voz empezaba a sonar un poco afectada y aquello había salido de sus labios casi como un suspiro -¿Qué intentas? - Esa pregunta era estúpida, pero quería distraerlo de algún modo y hacer las cosas a su forma, no le gustaba sentirse a merced de nadie y eso era difícil sacarlo de su cabeza aún cuando se veía atrapado de aquella manera en la que indudablemente ya no podría marcharse y dejar las cosas a medias... porque en realidad no quería salir de allí -Te odio Watanade- Se echó hacia atrás cubriéndose ell rostro. Era demasiado tarde, sintió el calor recorriendo su cuerpo, que se movía ligeramente ante aquellos labios que empezaban a hacerle perder la cabeza.

-que que intento?- pregunto mientras lamia suavemente sobre la piel caliente- solo darle placer a mi amante, es tan malo?- pregunto volviendo a lo suyo, no sabia que era lo que descolocaba a rix, si que un hombre hiciera eso por el o que precisamente alessandro lo hiciera, que pensaría? que se rebajaba? o al revez, se sentiria dominado por el placer ocasionando? Levanto un poco la vista escuchando las palabras que salieron roncas de su boca "te odio" escucho y solo logro que sus dientes apretaran suavemente sobre la cabeza, dándole una atención extra.

-eres correspondido Rix- susurro acariciándolo con sus manos solo el tiempo suficiente como para hablar. Auinque cuando su boca volvio a hacer su trabajo esta vez estaba acompañada de las caricias fuertes de sus manos grandes, aquella situación se habia salido de control,penso que tenerlo una vez seria suficiente pero ahora notaba que no era cierto, si lo tomaba eso lo volveria loco, lo querria para si mismo y eso era algo que alguien como rix nunca podria darle... terminaría con aquello, se llevaria aquella imagen que ya era demasiado para su salud mental- termina rix... no me apartare...- le ordeno con voz ronca.

No le dio tiempo hacer algo y tuvo que ahogar un gemido ante aquella mordida. Dejo caer un golpe apagado sobre las sábana. Maldito Watanade, pensó para sus adentros. Odiaba admitir que el tacto de aquellas manos lograba lo que pocos en él. Giró el rostro, con la respiración afectada lo suficiente como para que cualquiera lo notara. Cuando le escuchó decir aquello, se incorporó ligeramente apoyándose en sus codos ¿Estaba hablando en serio? Observó su rostro y supo que si. En su cara la expresión que dibujaba era más bien un reproche. No quería, pero su cuerpo no creía que soportara demasiado. Incluso podía sentirlo, el ligero rubor en su rostro debido a la excitación, sus ojos azules reflejando lo que el otro le estaba despertando aún sin que él quisiera ceder a sus intentos. Había caído y por todos los cielos, su voz le estaba volviendo loco, pero que nadie se enterara de eso, mucho menos el dueño de aquellos ojos grises que le miraban con deseo.
Acercó sus manos a aquel rostro pálido, aquella piel era aún más blanca que la suya. Quiso apartarlo, pero sus labios provocaban sensaciones que le hicieron detenerse –Anda, apártate… - apenas y le había salido la voz. Al contrario de lo que el otro había dicho con voz autoritaria, lo suyo había sonado casi como una suplica. Ya ni se preocupo por eso, no tenía sentido.

Sonrió cuando escucho la voz del otro y lo miro a los ojos, diciéndole que no se apartaría, su boca continuo en lo suyo y sus ojos no se separaron de los ajenos. Sus manos grandes comenzaron a ir mas rápido mientras su boca se concentraba solo en la punta de su miembro, no podía hacer mas cuando sus ojos se empañaban en clavarse en los ajenos.

La presión entre sus pantalones se volvía cada vez mas dolorosa, rix se veía tan maldita mente deseable, tan tentador que solo logro que decidiera aguantar con mas decisión, no podía dejarse caer por aquel rostro, rix podia hacer las expresiones mas encantadoras, pero jamas seria del tipo de uno solo y el jamas aceptaría menos- solo termina- susurro arrogante.

Como lo odiaba por imponerse de aquella manera. Su cuerpo sufrió un espasmo cuando ya no pudo aguantar por más tiempo a pesar de sus esfuerzos. Su respiración agitada y sus manos que le habían buscado sin querer, enredándose de nuevo con su cabello, acariciándole ligeramente el rostro. Se mordió el labio y en un moimiento rápido dejó que su cuerpo bajra resbalándose por la orilla de la cama para quedar frente a él, viéndole con sus ojos azules por un momento para cerrarlos un momento después besándole las mejillas y bajando hasta su cuello, dejando besos y ligeros mordiscos por aquella piel casi tan blanca como el papel. Antes de que el otro dijera algo, desabrochó con destreza la camisa dejando a sus manos colarse por debajo de la tela. No se la quitó porque aquella visión era un tanto digna de ver. Rozó su entrepierna con uno de sus muslos y al notar cómo estaba. Se separó y le sonrió escabullendo su mano entre sus pantalones y mordiéndole el lóbulo de la oreja.

-gmm- lo que le estaba haciendo le gustaba y le dejaba en un limbo de puro sufrimiento, no sabia que diablos hacer ahora, ahbia deseado simplemente darle un orgasmo y después alejarse, habia deseado simplemente alejarse antes de que fuese demasiado tarde, pero ahora mismo no estaba seguro de que diablos pensaba, suspiro un poco cuando aquellos dedos se posaron entorno a el y acariciaron con seguridad- sigue...- fue lo único que salio de sus labios, ladeando el rostro dejo espacio para el en su cuello y cerro los ojos dejándose hacer, a diferencia de lo que podía parecer aunque alessandro era un amante sumamente posesivo, sumamente dominante y que tendía a imporse en todo, también podía dejarse hacer. También podía dar la libertad de ceder el control de su cuerpo a su compañero...

Cuando las cosas se pusieron muy calientes tomo al mano de rix y la aparto, apartandolo a el tambien, lo suficiente como para jalarlo sobre la cama y ponerlo sobre su cuerpo- sigue- ordeno sabiendo que el suelo no era precisamente el mas cómodo de los lugares.

Que nadie en la vida le preguntara porque estaba continuando con eso. Es más, que nadie se enterara que aquel idiota encendía aquel fuego en él. El calor que le inundaba era muy diferente a lo que solía experimentar con sus amantes, no era porque el tuviera algo especial hablando de la atracción física. No iba a negar que cuando le había conocido había pensado que era atractivo, pero su orgullo había ido a compararle e intentando encontrar puntos malos en él todo el tiempo. El por qué pasaba tanto o más tiempo con él que con otros era prácticamente un misterio. Llegaba a jugar con el minino y a pelear con él todo el tiempo.
Hoy, sin embargo, aquello se había ido por otro lado. Dejo que le moviera sin poner mucha resistencia. Cuando se puso sobre él, poniendo las piernas a los costados de él, le sonrió con malicia mientras recorría seductoramente su cuerpo con los dedos. Sus caderas se movían ligeramente sobre la erección del más alto –Confiesa, Watanade… Desde cuándo deseas mi cuerpo?

- esa es una poregunta que deberias responderte a ti mismo antes stelam- sonrio dejando que dedicara nbesos por todo su cuerpo, simplemente abriendo los ojos y clavando sus pupilas en el otro- siento recordarte que haz sido tu el que ah entrado en esta habitacion...me ah provocado...gmmm- suspiro ante sus caricias, sin dejar de disfrutar aquellos labios de pecado sobre su cuerpo- no eres tu el que siempre provoca? el que no para hasta encender mi caracter? rix?

Cerro los ojos esperando que las palabras hubiesen tenido el efecto deseado, lo menos que necesitaba en esos momentos es que rix notara al 100 el ionteres que despertaba en el. Desgraciadamente malditamente mas alla de lo fisico.

Sonrió ante aquellas palabras. No podía negar que él había hecho ciertas cosas para atraer su mirada -¿Dices que yo? Pero, Watanade, una cosas es que yo intente provocarte y una muy diferente que respondas a ello... Dime, ¿no eso indica que hay algo allí? - La suave risa y sus palabras hicieron su aliento chocar contra la pálida piel ajena. Se deslizó hacia abajo acariciándole por sobre la tela de los pantalones -Además.. todas esas palabras, Watanade... - Le había visto, sabía lo obsesivo, lo controlador y lo posesivo que podría ser, o al menos había vislumbrado un poco de ello, si no, no se atrevería a decir aquello -Una cosa es insultarme y otra decir todo lo que has dicho... - Sus labios se acercaron a su erección que era estaba siendo atendido por sus propias mano -¿Acaso es que no puedes soportar verme con alguien más? ¿me quieres para ti? - Su voz llena de sensualidad y en aquel tono bajo era sin duda una provocación a los sentidos. No esperó una respuesta, lamió la punta de su miembro con lentitud, mientras sus ojoz azules permanecián viendo su rostro, solo por si era capaz de ver una reacción que no pudiese olvidar en él.

Alessandro le escucho y tuvo que admitir que tenia razon,apreto los ojos con fuerza y necesito mas fuerza de voluntad de la que penso cuando aparto al otro de su cuerpo, despacio... teniendo cuidado de no hacerlo demasiado brusco, o terminaria demasiado afectado por el repentino abandono.

Le vio a los ojos, los grises de el se oscurecieron un poco y tomo aire antes de sonreir de madio lado, tomando el mentón ajeno entre sus dedos- tienes razon Rix, yo no tengo amantes de paso, no comparto. Solo mantengo conmigo lo que es mio...- levantándose y dándole la espalda para arreglarse la ropa- puedes estar orgulloso eres una verdadera tentación- hablo vientiendose al menos lo minimo para verse cubierto- paremos con el juego.

Un impulso... eso es todo lo que se necesita...¿En qué momento se había puesto de pie? ¿En qué momento atrapó uno de sus brazos? Su propia sorpresa se reflejo en sus ojos al notarlo. ¿QUé estaba haciendo? ¿Qué no era eso exactamente lo que quería? -Entonces oblígame a quedarme a tu lado - y bien, después de decir eso creía que tenía un serio problema. Era imposible que Alessandro no hubiese escuchado aquello. Sintió que el aire le faltaba. Maldición...
Le soltó con una lentitud pasmosa sin apartar la mirada de él, o más bien, en ese momento de su espalda. Era porque aquellas palabras suyas, más que las de cualquier otra persona alimentaban su ego. Siempre había creído que entre las personas que no podría seducir estaba él. Era por eso que se la pasaba lanzandole indirectas o diciéndole muy directamente sus insinuaciones. Por una simple fracción de segundo fue capaz de vislumbrar que ante la única persona que se sentía vulnerable era ante él. Pero prefirió pasar ese pensamiento sin pensar demasiado, no era bueno para él. Se había quedado quieto esperando su respuesta ... momento ¿esperando su respuesta? Sacudió la cabeza como si eso fuese a alejar los pensamientos y se acerco a él abrazandole por la espalda -Eres capaz ¿no es verdad? De darme lo que ellos no pueden... -le susurró al oído. Ya ni sabía lo que decía pero le daba igual -Hazme caer por ti...- Ya, no iba a pensar... lo que si sabía es que su cuerpo necesitaba atención en ese justo momento y no es que el Alessandro estuviese mejor hasta donde pudo ver...

Se quedo momentáneamente paralizado por las palabras, a que clase de maldito juego creía rix que estaba jugando? hacerlo quedarse? no había forma de que lo hiciera sin su consentimientos, rix era un oscuro y encima un general... Frunció el ceño y sin saber por que lo tomo con fuerza por uno de sus brazos, lo aparto y lo observo a los ojos... la frustración se dibujo apenas perceptible en sus ojos y después soltó un bajo gruñido antes de jalarle a sus brazos tomando su mentón en una de sus manos.

-mio!- sentencio en un gruñido bajo, pero no por ello menos demandante.

Por todos los cielos... escucharle asíle causaba algo curioso. Nadie... y que constara en ese instante... Jamás alguien se había atrevido a ser posesivo con él, sobre todo si le conocían... Nadie había intentado atarle de alguna manera. Observó aquellos ojos grises con una sonrisa ¿Sería el capaz de hacer que dejara aquel comportamiento que le había acompañado tanto tiempo? Eso ya se vería en el tiempo debido. Se acercó a sus labios en un beso totalmente demandante. Si quería hacerle regresar a él cada vez, tendría que hacer que él quisiese hacerlo. Aquí venía ver el poder de convencimiento que Alessandro pudiese usar sobre él.

Eso o la forma en que podría manipularlo. él era de los poco que conocía su pasado, incluso de los pocos que conocían esa parte de su personalidad que no intentaba ser totalmente genial ante los demás. Le conocía de la forma más caprochosa, infantil, terca y tonta que podía tener. Por otro lado conocía también al general, al lado galante de su persona. Pero algo le decía que lo que le había hecho caer no era la misma que a las demás personas, no había sido aquella máscara de perfección que quería crear ¿cierto? Tenía la impresión que para él no tenía tanto valor, por alguna rara razón, claro que era parte de él, aquella forma peculiar de actuar...

-No me hagas arrepentirme, Watanade, o haré que lo pagues -Susurró contra sus labios. Nunca había permitido aquello, así que hablaba en serio. El siempre era la parte activa en sus relaciones, cambiar de lugar era lo menos divertido que podían hacerle. Su mano se coló entre los pantalones del otro y empezó a masturbarle. Jodida suerte, pero quería seguir cuanto antes, le estaban invadiendo las ansías.

Aless levanto el mentón del otro con uno de sus dedos y clavo sus ya oscuros ojos en los ajenos, sus pupilas estaban dilatadas por el deseo- sera mejor que me sueltes, te lo eh dicho, yo no mantengo conmigo nada que no sea mio, tu eres libre rix. Márchate ahora o afronta las consecuencias. No me conoces enfadado rix no soportare tus juegos jamas. YO NO COMPARTO- deteniendo las manos que lo acariciaban con la mano libre. Rix quería que lo siguiera? que le retuviera? eso no iba a suceder si se ponía a rogar como cada maldito amante que el otro tenia. Desde ese instante el no iba a aceptar nada a medias- no voy a recibir tus migajas rix, te lo digo ahora o estas conmigo o no lo estas, si no lo estas puedes salir por esa puerta- sonrió levemente- y no volver nunca y si...mi gato se queda conmigo. Puedes tomarte tu tiempo para pensarlo, pero lo pensaras fuera de mi casa- hablo acercandose y lamiendo los labios ajenos- piénsalo bien Rix.

Estuvo a punto de llorar del puro coraje -joder, Watanade!- Lo empujó y se dirigió hacia la cama jalando las sábanas y cubriéndose parcialmente con ellas. De buena gana y si otras fueran las circunstancias, habría salido y se hubiese puesto a joderse a alguien justo en su puerta -Cómo si no supieras cuál es mi problema!- Se llevó las manos a su propio cuerpo -Te enojas, despúés de haberme insultado y haberme tratado como basura! quién debería estar enojado?!- Se dejó caer pesadamente sobre las almohadas tapandose los ojos con el antebrazo. Entre todas las personas aquel tipo era quien conocía su pasado y había visto más de él que el resto y aún así estaban en aquella situación que no se imaginó ni por asomo. Apretó los labios un momento antes de hablar -Te odio, Watanade... por revolver así mis sentidos... te odio porque este es el único lugar en el que me gusta estar...- si continuaba hablando seria algo malo, asi que se calló con aquello si quieres sacarme, házlo tu mismo- Dijo con voz apagada. Que lo hiciera y realmente iba a hacer algo estúpido como lo que había pensado antes solo para querer hacerlo enojar.

Se acerco despacio, como si no quisiera que saliera corriendo y se medio recostó a su lado acariciando su cabello- esta bien odiarme- dijo simplemente y le observo, se acostó tranquilamente tras el dejando besos esporádicos y cortos por su cuello... a veces llegando hasta sus mejillas, se quedo en silencio un largo rato antes de abrazarlo por la espalda y aferrarlo fuertemente contra su cuerpo- me gusta tenerte cerca... y que pongas mi dia de cabeza... que me desesperes y me hagas gritar de vez en cuando... me gusta verte jugar con el jodido gato... y se me retuerce el estomago cuando sales por la puerta...- listo, lo había dicho, pero el mejor que nadie sabia que Rix no seria de el, que era imposible que de un día para otro simplemente dejase su forma de vida.... sus amantes, pero quería dejar claras las cosas- no me digas nada... tenemos tiempo.

Cierto era que sabia como eran las cosas pero el pensaba poner sus limites, rix no iba a entrar completamente a su cama hasta que pudiese decirle que no estaría en ninguna otra...hasta que ese dia llegara... podría conformarse con lo que fuese llegando.

Quiso moverse, porque lo que aquellas suaves caricias le provocaban era algo que para su mente no debiese existir. +El seguramente lo sabía, que solo había amado a una persona y conocía bien la historia, lo único improbable era que entendiera como es que aquello le había vuelto de aquella manera. No, no quería depender de él ni de nadie. No quería quererlo a él ni a nadie. Pero eso no era del todo consciente. Sabía bien que ya había dejado en evidencia con aquellas simples palabras que él mismo estaba contradiciendo sus decisiones. ¿No sentir nada? Como si fuese posible... No importaba lo que fuera, sentía algo y era lo que ponía su total mundo de cabeza -¿Cuánto tiempo tienes de conocerme? - Qué pregunta, él mismo lo sabía, no lo había olvidado, pero era como si necesitara que se lo confirmase. Su voz había sonado débil, él mismo penso que realmente sonaba como si fuese a llorar, pero no lo haría, había pasado mucho desde la última vez que lo hiciera. Si, aquel mismo día que le marcó y en el que mató a quien más amaba en el mundo. Pero el tiempo había hecho lo suyo, ahora apenas era capaz de recordar aquel rostro que le había tenido embelesado -Haz que se detenga..- Fue un susurro, una voz suave, apenas audible y él mismo se preguntó qué quería decir con eso. Aquello ya era demasiado... Se giró sin observarle en ningún momento, abrazándose a él y ocultando su rostro, con la frente recargada en su hombro, sintiendo aquella frialdad en su piel, que de algún modo contrarrestaba la calidez de su propio cuerpo. Y quiesiera o no, aquello le hacía sentirse débil. QUerpia salir huyendo antes que mostrarle un rostro lastimero o que provocara compasión. No, indudablemente, no quería eso. Pero sus brazos le impedían escapar... peor aún, no quería escapar...

Aless no contesto, sabia de los riesgos que conllevaba el uso del poder de rix, como sabia que no era culpa del muchacho lo que habia sucedido...al parecer rix también lo sabia pero a veces le costaba aceptarlo.

-no necesito hacer nada por ti- hablo mientras lo abrazaba casi con demasiada fuerza- por que tu no me necesitas, eres fuerte... pero estaré aqui para acompañarte- murmuro mientras una de sus manos aflojaba solo un poco para dejar una caricia constante y suave en la espalda del joven. Se mantuvo en silencio sobre el momento en que se habían conocido, no sentía que rix necesitara revivir eso una y otra vez, pero si insistía lo diria, después de todo, solo se puede hablar de lo que se ah superado y el quería que rix Superara por completo el incidente, imposible olvidar, pero si quedar en paz con el hecho.,

Sonrío y aquela sensación desapareció. Realmente lo odiaba por saber qué era lo que esperaba escuchar aún cuando el no lo sabía. Por simplemente decir eso y no lo que cualquer persona diría. Aún no podía perdonarse lo que había pasado, pero el tiempo había hecholo suyo y ahora podía pensar un poco más fríamente al tenerle a su lado. Curioso ¿no? Dejó escapar un suspiro -Watanade... si tienes paciencia vas a perderme.. a alguien como yo debes atraparle y no dejarle oportunidad de escapar de tus redes... pero lo sabes ¿cierto?-Alzó la mirada, viéndole de una forma un tanto sugestiva. Era lógico, incluso él lo sabía, si le daban chance de escapar de una relación el siempre tomaría ese camino, era de esas personas que no querían ningún tipo de compromiso, era por eso que salía con tantas personas, todas ellas como ya le conocían creían que no tenían más remeio que aceptar lo que él les estaba ofreciendo, no más, no menos, solo eso... Pero aquel sujeto era diferente... podía verlo en aquella mirada posesiva que había vislumbrado hace un momento.

Se acercó a sus labios, acariciando su rostro con sutileza. Aquella piel era como un misteriio. Aún más pálida que la suya. Había cerrado los ojos mientras le besaba despacio, con calma, no quería decirlo, pero a pesar de lo que su orgullo le decía, aquel imbécil despertaba en él algo extraño -¿Puedo volver ¿verdad? - Susurró con aquel tono cargado de sensualidad. Sentía su aliento chocando con la piel ajena y sintió un impulso casi irrefrenable de besarle de otra manera no tan casta, y eso que él no era un angelito tratándose de eso.

-Soy quien te conoce mejor que nadie Rix... aunque el hecho de que me lo digas, quiere decir que no quieres que te deje ir?- sonrió algo bromista, intentando aligerar el ambiente, ellos no tenían una relación precisamente cariñosa, pasional era posiblemente la mejor forma de describirlo. Cierto era que rix no eran de los que se quedaban, pero tampoco era de lo que debieran perseguirse demasiado, rix huiría mas si sentía que lo seguía y si notase que era incondicional entonces correría mas rápido, confiado en que lo seguiría persiguiendo, sumiéndose en una cómoda relación sin ataduras, por otro lado si no lo apresaba el muchacho simplemente se marcharía, encontraría algo mas y se iria... con rix las cosas no eran sencillas.

Se posiciono sobre Rix y beso sus labios de forma demandante, pidiendo entrar a su boca y saboreando el interior, hciendole el amor con los labios, no sabia que hacer pero solo se le ocurria no entregarle todo de si, el dia en que lo hiciera este caprichoso muchacho seguramente estaria satisfecho y se marcharia.

Se rió de sus palabras, no había ese tono de burla, solo una risa como pocas veces podía adornar su rostro -Tómalo como prefieras - La verdad es que podía decir y hacer lo que fuera, si le conocía lo suficiente, más o menos tenía que tener idea de lo que iba a enfrentarse con él Aún cuandoquisiera llevaba demasiado tiempo siendo como era y no creía que aún cuando admitiera querer estar con el o algo parecido, eso fuese a hacer que cambiara de la noche a la mañana. De hecho, era tan inconsciente que compadecía a aquel sujeto. Bueno, no tanto...
-Pero Watanade... - Se pegó a su cuerpo. ¿Qué querían? Aquel tipo era el único que parecía importarle poco primero provocarlo y luego simplemente dejarle así. Además seguía desnudo y eso -¿Cómo piensas hacer para que no sienta la necesidad de irme a buscar a alguien más... ¿Sabes? Requiero más atención de la normal -Si, deliberadamente había usado aquel tono que a la mayoría le hacía derretirse y caer a sus pies. Claro que aquello no era lo mismo. Aquel era Watanade, ni más ni menos, podría ser que no lograra ni un gesto en aquel rostro que a él no le parecía tan impasible.

Le miro levantando una ceja- te sientes con ánimos nuevamente?- hablo bajando una de sus manos hasta la entrepierna de rix acariciando descuidadamente- eso podemos arreglarlo- murmuro acercándose a su boca y tomando un beso largo y sensual, sus labios se movieron acariciando los ajenos ysu lengua busco un contacto mas profundo, prácticamente follándoselo con la boca. Si no podía hacerle el amor a su cuerpo se lo haría a sus labios. Su mano comenzo a acariciar toda la extencion de su miembro, deteniendose en la punta en varias ocaciones, acariciando y haciendo precion, su boca no se despego de el y su mano fue poco aumentando el ritmo.

Despego sus labios solo para morder el lobulo de su oreja, tenia que ser asi, por dos razones, el no pensaba darle el placer de tenerlo por completo y en todo caso no creia que rix quisiera abrirle las piernas de buenas a primeras. Aun asi un dedo traviese busco acariciar donde algun dia penetraria.