Revisión de rutina en la frontera del reino de Agua

Salió del castillo. Últimamente las cosas se habían tornado extrañas.Sobre cosas se suponía él había hecho u ordenado, lo cual, sin duda no había sucedido, pero había visto en un par de mentes de sus soldados, y era innegable que la imagen que veía en ellas era como verse reflejado en un espejo. Escaparse en un momento como ese no era la mejor opción, pero no era exactamente la persona que pudiese analizar rodeado de tanta gente viéndole de esa forma.

Salió con el cachorro de tigre y llegó hasta aquel lugar. Intentaba pensar con la cabeza fría y esperaba que estando lehjos de todo aquello realmente funcionara. Él unico que no parecía inmutado con nada era su consejero, cuando había dicho que no había sido él quien causara esos problemas entre su gente, simplemente le había creído.

con toda su falta de inexperiencia, no quería causar un problema mayor, por eso ahora caminaba y poco le faltaba para caminar en círculos. De entrada su período de vida, en su mayoría no incluía real contacto con personas -Estoy perdido...-murmuró sentándose en el suelo viendo el paisaje. Tenía que calmarse o habría algún desequilibrio en el clima o formaria algún fenómeno con el agua que solo le haría imposible pasar desapercibido. Byakko, despreocupado, se echó a su lado con la firme intención de dormir mientras él decidía qué hacer.

Sintió al hombre, pero no alzó el rostro hasta que escuchó su voz, observándole con fijeza y atención. Ah! si, lo había visto antes! Observó las insignias en su ropa, durante ese tiempo había intentado grabarse ese tipo de cosas en la cabeza. Sin embargo, él no debía estar ahí, así que guardó silencio mientras se daba cuenta de que veía a su acompañante directamente.

-Deben gustarte - sonrió viendo al tigre blanco -Byakko, ese es su nombre-Contestó viendo al felino dormido. Nunca e había cuestionado lo raro que era un animal como ese en su reino, ni que pudiese vivir en el castillo bajo el agua cuando no había otros seres como él.

Observó al otro por un momento. Si, ya lo recordaba bien, pero solo lo había visto, nunca hablado con él.

-Se nota... en tu mirada -Dijo viéndolo con una sonrisa fugaz. Ante el comentario siguiente y la actitud que tomó el otro le hizo una seña con la mano -No, no... no hay nadie cerca, no te preocupes -Estaba seguro, no podía sentir nada cerca, y con eso se refería a que ninguna mente quedaba a su alcance salvo la de él y sus hombres. Esa habilidad resultaba útil por momentos sin tener que utilizarla del todo.

-No estoy nervioso, solo estaba un poco preocupado hace un momento - Acarició el lomo del tigre viendo al corcel por un momento -El caballo... es hermoso también -Se puso de pie oyendo un gruñido de protesta del cachorro a su movimiento. Se acercó lentamente, por si llegaba a alterar al animal, aunque nunca había tenido un problema como ese, parecía tener cierta afinidad con los animales, alguien del castillo había dicho que probablemente porque como el agua el podía emitir cierta calma, o algo parecido a eso.

-Yo no sé si son importantes... - susurró suave. A él le habían enseñado, claro, pero tanto tiempo fuera del mundo real, le habían hecho ver ciertas cosas -A veces, la personalidad de una persona se oculta, los modales, el comportamiento... son una forma de tratar a otros con cierto respeto, pero a veces resultan en algo innecesario... ah! pero yo no sé mucho, peudo equivocarme, tal vez soo ha sido lo que yo he visto loq ue me hace pensar de esa manera -se recargó en el caballo, algo avergonzado por estar diciendo cosas asi sin sopesarlo primero, sobre todo cuando no podía explicarlo de modo que se viera porque decía esas cosas.

Escuchó aquella risa ... nerviosa? No estaba seguro. Se quedó un momento en silencio viéndole con sus ojos claros demasiado fijamente antes de decir algo -Ah... es porque me he escapado del castillo... - Decirle ciertas cosas estaba de más, a menos que la conversación lo sacase a relucir, aún no se acostumbraba a ciertas cosas, al menos consigo el proceso había sido lento, desde que despertara y le dijesen que tenía que gobernar cuando apenas y estaba vivo, hasta el momento en el que estaba ahora.

Ingenuo como podía ser, solo confiaba en su instinto a la hora de confiar o no en una persona, no tenía la educación que probablemente alguien como quien tenía frente a sí habría recibido ni tampoco las experiencias vividas, las suyas habían estado detrás de aquellas paredes. Cuando saió y se convirtió en rey, fue la posibilidad de darse cuenta de cómo estaban las cosas, de ver directamente y no solo por las mentes que estaban cerca de él, todo lo que había sucedido.

-Necesitaba pensar... - Fue lo que dijo como única razón de estar ahí y verdaderamente era solo esa su razón ese día de haberse querido apartar de aquel lugar, que al menos había dejado de percibir como una prisión meses atrás. Observó en dirección a los otros hombre -Estoy interrumpiendo su trabajo?- Porque él no querías eso.