Te odio, de verdad... {Alessandro, posible +18 ^^'}

Aquí estaba de nuevo... ¿Qué demonios pasaba conmigo? ¿Por qué invariablemente siempre que el trabajo terminaba siendo problemático terminaba en aquel sitio? Sin pensar mucho casi patee la puerta, seguro que Watanade me diría algo por eso...

El día se había complicado. Aquellas personas a mi cargo a veces me hacían las cosas complicadas, no parecían poder aplicar lo que yo les estaba pidiendo, ciertamente yo no tenía la mayor paciencia del mundo, pero a ellos les tenía tolerancia. Eran la fuerza de nuestro reino y tenía que tenerlos listos en todo momento, pero ellos no parecían entenderlo...

Ah! ya lo sabía! era ese pequeño mínino... Si! Seguro que era por eso! De tan solo pensarlo no pude más que querer sentirlo entre mis manos. A esa pequeña cosita bonita y suavecita... Claro que no tenía nada que ver con ese cara de póker que abriría seguramente la puerta con aquella ligera aura de que no le gustaba mi presencia y tal vez con un 'lárgate, Stelam'

Un segundo después la puerta se abrió y vi su larga cabellera. Mis ojos se encontraron con su casi incolora mirada... 'Watanade...' Fue mi único saludo, aunque había hecho una mueca de no estar muy a gusto con aquello. Me acerqué quedando muy cerca, era para evitar que me cerrara la puerta, en esa posición no podría hacerlo como la última vez que estuvimos discutiendo justo en ese marco.

-No es nuevamente... Es que me dejaste con ganas -contesta sin inmutarse, pero sus manos hcen lo suyo -hey... como que sabes lo que haces... - Y mira que le estaba funcionando, respondió al beso, dejándose llevar, su lengua se enredó con la suya en un juego que aunque había realizado muchas veces jamás se imagino estaría haciendo con aquel sujeto. Por mera inercia sus manos se movieron sobre el torso del otro. Cuando sus labios se separaron sus labios fueron recorriendo aquella piel, deteniéndose en su cuello, donde se entretuvo con unaligera duda en su cabeza. Tal vez no era una duda.... Mordió y succionó aquella piel con la clara intención de dejar una marca en él.
Si se detuvo fue porque sintió aquella caricia y su cuerpo se tensó. Por un ligero momento dejó de respirar. Le miró, cualquiera juraría que había palidecido, pero un ligero sonrojo apareció al verle a loso ojos y morderse el labio. Por un momento había olvidado su posición en aquello. Se habí quedado quieto... sin saber qué hacer...

Le sonrio y acaricio la punta del miembro ajeno sonriendo y moviendo la cabeza, haciendo que su cabello se moviese y dejase al descubierto la marca rojiza en su cuello, seguramente se pondria entre morado y verde en algunos minutos.o

-no pensaba presionarte demasiado hoy- sonrio, jadeando un poco, estaba sobre exitado el aire le faltaba y no era algo que pudiese disimular- pero vaz a pagar esto- le hablo penetrandolo con su dedo, solo uno, no pensaba hacer mas. Volvio a acariciarlo y su mano en su miembro cojio el ritmo de su dedo dentro de el... entonces lo encontro, su prostata, sin dudarlo acaricio y preciono el punto una y otra vez.

iba a decir algo peor ya no tuvo tiempo, se aferró a él cuando sintió aquella intromisión, que si bien llevaba aviso, no pensó que realmente fuera a hacerlo. Con un demonio... No pudo evitarlo cuando sintió aquella sacudida. Le mordió el hombro ahogando un gemido, y sus manos totalmente aferradas a su espalda... su cuelo no sería lo único con una marca a ese paso....

Se movió siguiendo sus movimientos, entre que quería y no hacerlo, pero su cuerpo lo hacía casi por inercia. Maldita sea.... Si sabía lo que hacía, pero insultarle por atreverse a hacerle estaba fuera de lugar... sobre todo porque su mente ya no odía procesarlo. Bien, si así eran las cosas....

Dejó de morderle y se acercó a su oído, mordiéndole el lóbulo y soltando un suave gemido y susurrando su nombre. ¿Qué intentaba? No sabía, no quería que siguiera pero no podía evitar querer provocarlo.

maldita sea, por todos los dioses de los reinos, por los elementos y la paz de la tierra que ese jodido imbesil sabia como provocarlo, escucharle jadear su nombre en su oido estaba poniéndolo tan duro que estaba seguro de que podria romper piedras en ese estado.

- vamos rix... llega para mi- le hablo regresandole las caricias en la oreja, besando, mordisqueando su lobulo aumentando las caricias en el resto del cuerpo, no podia permitirse dejarce llevar, ese momento era para rix no para el. Sin contar que seria una vergüenza llegar sin siquiera ser tocado, solo con la caricia de las palabras.

No, si fuera por él no lo haría, pero aquel maldito idiota sabía lo que hacía -Dime Watanade... con quien has estado que...- Bien, no pudo terminar la pregunta porque tuvo que callarse por aquellas caricias que acababan de cambiar de ritmo y le hacían creer que el otro realmente lograría el objetivo allí . tardó un segundo, si que se iba a venir, pero no podía dejar las cosas así -Alessandro...- Habló con sus labios sobre aquella piel, con la respiración chocando contra ella, irregular y con aquellos suspiros saliendo de sus labios, sus manos fueron hasta sus nalgas apretándolas -¿Qué pasa si digo que quiero que sigas?- No era una simple insinuación, sabía que el otro se negaba a llegar más lejos que eso, de algún modo se había aferrado a aquella idea y era por ello que le estaba provocando de una forma menos agresiva que antes -Si digo que quiero que me penetres con fuerza? - Su voz era un susurro atrapado entre ligeros gemidos mientras se movía intencionalemente para rozar su entrepierna. Sonrió -Vamos, parece que quieres... cuándo tendrás esta oportunidad de nuevo?- Por dentro rogaba que ignorara el tono y el movimiento sugestivo que había puesto en sí mismo.Y finalmente algo le falló cuando sintió que ya no podía aguantar por más tiempo, un gemido más fuerte e involuntario que le hizo volver a subir las manos hacia su espalda mientras mordía ligeramente su cuello sintiendo aquel calor en la parte baja de su cuerpo a punto de llegar a lo que el otro quería.Atrapó sus labios, con lo que aquel sonido quedó ahogado entre aquellos labios mientras sentía aquel placer inundarle ny aquella humedad entre sus cuerpos. Se separó de él con las mejillas un tanto sonrojadas y los ojos ligeramente cristalizados. Besó su barbilla bajando hasta la clavícula -¿Qué dices Alessandro? Si no quieres hacerlo, la próxima vez te será más complicado- Detuvo sus movimientos arqueando una ceja ¿Cuál próxima vez? Esa frase era sin duda un error. Es más tendría que negarse a sí mismo que aquello había sucedido. Introdujo sin avisar una mano en los pantalones ajenos y le miró a los ojos moviendo las cejas -Tu rostro inexpresivo y tu cuerpo parecen estar en un ligero desacuerdo, Watanade...

Maldito niñato del infierno, el podia ser todo lo inexpresivo que quisieran pero era absolutamente visual y auditivo, solo ver el rostro de rix y peor aun tenerlo susurrando su nombre diciendo aquellas cosas lo estaban haciendo pasar un verdadero dificil momento, el no podia permitirce dejarce llevar, el conocia a riix, sabia como actuaba. Caer ahora seria el peor error que podria cometer si pensaba realmente hacerlo suyo.

El chico se vino en su mano y el sintio el alivio de haber aguantado su propio placer, siendo perfectamente recompensando por los besos en su mandibula, solto un suspiro aprobando las caricias y dibujo una cinica sonrisa en sus labios ante las ultimas palabras.

- que yo intente algo ahora es justo lo que necesitas para tener una excusa para huir de mi...y no voy a dartela rix- no era el momento, aun no... deseaba undirce entre sus pernas con una necesidad que casi lo volvia loco...pero no iba a ceder, aun no era tiempo- y no eh negado que causes...algo en mi...

Le sonrió con algo de cinismo -Estas diciendo que realmente crees que si haces esto no vas a poder lograr algo conmigo -Soltó una ligera risa -Qué iluso, Watanade... Pese a que me conoces no te has dado cuenta de un factor clave...- suspiró y cerró los ojos recargándose en su hombro -¿qué te hace pensar que no puedo huir solo con lo que has hecho? -sonreía, pero el no podía verlo esta vez -¿por qué iba a esperar a que logres algo más cuando puedo irme ahora y no volver a ti?- Estaba mintiendo, pero él no lo sabía. Y no, no iba a decir nada más comprometedor de lo que ya había dicho momentos antes.

Alzó la mirada viéndole manteniendo una expresión seria, auqnue sus ojos intentaban atrapar a los ajenos para acercarse a su oído de nueva cuenta mientras apretba el miembro del contrario con sus manos -Tómame, Watanade... negaré que esto ha sucedido... pero eso es lo de menos... ¿Y si realmente quiero que lo hagas? ¿Si te digo que lo deseo casi tanto como tu? - volvióa separarse de él viéndole de aquel modo, con la sensualidad que sabía que poseía, con la confianza y la provocación que era más que capaz de usar -Lo quieres... Quieres tenerme como nadie lo ha hecho...bien... tómame y prometo no escapar...- Le dedicó unas ligeras caricias, estimulándole ligeramante y pasando los dedos por la punta de aquella excitación con calma -Watanade... Hazlo o no te daré otra oportunidad...- su voz era suave e insinuante.

Se inclino hasta su oido y le hablo bajo, en un susurro y con un tono grave y lento- entonces puedes irte Rix... y esto sera todo lo que tengas de mi... nada mas.

Entonces rix comenzo a moverse...a probocar y la lujuria se mezclo con la ira, cerro los ojos escuchandolo, sintiendolo, al borde de la locura y no supo que era lo que mas deseaba, si ponerlo contra el colchon y joderlo hasta que se le friera el cerbro...o simplemente golpearlo y sacarlo de su casa. Finalmente logro que su razon ganara y se aparto del muchacho.

- no voy a ser un sucio incidente que pretendas olvidar despues Stelam, si realmente crees que voy a acostarme contigo para que lo niegues despues con todas tus fuerzas no me conoces los suficiente, te deseo, como todos tus malditos amantes pero la diferencia, es que aun tengo algo de dignidad, tu no me sirves Rix, lo que me ofreces no me interesa, necesito un amante no un culo dispuesto por unas horas, si lo quisiera llamaria a una profecional en eso y pagaria- le dio la espalda y tomo aire profundamente y despues lo solto.

-vístete, si no voy a tenerte no suquiero siquiera recuerdos- se giro despacio, volviendo a encararlo- crees que me estas dando un privilegio al dejarme tomarte? no te quivoques Rix. por que yo no voy a darte el privilegio me meterme en tu sucia lista de amantes abandonados, te quiero por completo y voy a tenerte.

No pudo evitarlo y en serio lo había intentado pero no pudo más que lanzar aquel golpe después de escucharle. Lo que debía hacer era tomar su ropa y largarse, pero se había quedado petrificado allí, no pudo moverse y al final alzó la mirada para verle, una combinación extraña que jamás había sentido con nadie le invadió -Cara de que me ves Watanade?! Estas idiota! Crees que si quisiera no habría encontrado a alguien que lo hiciera por ti? Crees que me hace la mínima gracia? eres un imbécil! - sintió que las lágrimas se agolpaban en sus ojos, era la frustración que le causaban sus palabras -Crees que le entregaría mi cuerpo a cualquiera de esta forma?! - Estaba tan enojado que le importaba poco ya cualquier cosa en ese instante. Lo empujó y recogió su ropa -Si crees que me entregaría a cualquiera estás más idiota de lo que pensé! -Se puso los pantalones y se colocó a medias la camisa, no tenía la paciencia de abotonar aquellos botones. Se acercó de nuevo viéndole fijamente -todas tus estúpidas acusaciones sin sentido ¿Crees que no duelen? - Y él jamás se tomaba las cosas que le decían en serio, pero que fuera justamente él quien pronunciara todo eso era tan diferente -Cómo iba a poder negar u olvidar que me lo hicieras siendo el primero y el único al que le dejaría hacerlo? - negó con la cabeza -Vete al diablo...- Su voz había disminuido de volumen. Estaba cabreado... y mucho..

Vio a rix salir como alma que llevaba el diablo y supo que no podia permiir que simplemente se marchara asi de su vida, sion pensarlo dos veces lo sujeto por el brazo y lo jalo empujándolo con tra la pared y aprisionándolo con su cuerpo, sus labios anciosos se apoderaron de la boca ajena, de manera brusca y exigente, su cuerpo uso toda su fuerza para someterlo y cuando jadeante abandono su boca le observo con una marcada desesperación en sus ojos- crees que es jodidamente fácil para mi solo decir no? Pero lo que tu me ofreces ahora no es lo que quiero, para ti dejarme tenerte es algo muy importante pero soy exigente Rix y quiero mas… quiero mucho mas que solo tener un lugar privilegiado en tu cama, quiero tu cama por completo, nadie mas ahí y en estos momentos no es algo que me puedas dar, tampoco creo que cuando tengamos las cabezas frias haber cedido te tenga tranquilo, vaz a arrepentirte vaz a renegar pór que esta en tu naturaleza correr…yo quiero que cuando terminemos, puedas quedarte… sin arrepentirte.

Tomo aire y lucho por mantenerlo donde lo tenia- y no creas que es jodidamente fácil yo se que si ahora saler y un jodido niño bonito te hace una buena propuesta solo aceptaras, yo se que cuando no estas en esta casa pasar de amante en amante, yo se que no puedo decir nada al respecto y es malditamente difícil!!

Su enojo dio paso a la sorpresa, le escuchó pero le parecía que le hablaban desde otra dimensión porque sus palabras aunque las entendía no las estaba procesando del todo. Lo estaba intentando apartar aunque sin la fuerza suficiente. Aquel beso le había dejado atónito, había respondido a él torpemente lo cual era casi impensable para él. Pero de repente dejo de tratar quitárselo de encima, era un intento vano, su mente divagaba con lo que le decía y su fuerza en ese instante apenas salía a relucir.

Le vio directamente a los ojos dejando sus manos reposar en su torso -Aless...-hizo una pausa, no sabía cómo decir aquello. suspiró, cerrando los ojos y recargando la cabeza en su hombro. Ni siquiera se dio cuenta de la forma en la que se había dirigido a él. -No voy a huir de ti, pero me asusta saberlo... Te lo diré ahora, porque ... solo porque si no, nunca lo diré..- Tomó aire antes de hablar -Watanade... puedo decir lo que se me venga en gana, puedo negarlo incluso, pero tienes que saber que no podría arrepentirme... Que te quede muy claro Watanade, que no importa lo que pueda decirte, será mi orgullo el que hable a veces... No quiero huir de ti, no lo haré y si eres capaz de sobrellevar mi forma de ser no necesitaré a nadie salvo a ti... Dices todas esas cosa y realmente yo no te entiendo del todo... - se llevó la mano al rostro y tuvo que verlo a la cara de nuevo -¿No lo entiendes? Desde hace mucho tienes más de mi que el resto, y entiendo tu preocupación con alguien como yo, pero Watanade, estás imbécil si crees que dejaría a alguien más hacer esto ¿lo captas? - Se le habían subido los colores a la cara -Joder, Alessandro, te estoy pidiendo que me tomes y tu te niegas...- Eso era vergonzoso, decirle aquello, se llevó la mano a la cara cubriendo sus ojos en un intento de calmarse, tenerlo así tan cerca en ese instante le hacía sentir que su corazón iba a dar un vuelco -Es diferente, idiota, es difícil para mi aceptar que quiero dejarte hacer esto, pero lo estoy diciendo en serio, si me dejas ir así, jamás voy a admitirlo de nuevo y lo sabes...- No era una amenaza, solo que realmente lo sentía de esa forma. Suspiró y se acercó a sus labios tomándose su tiempo para saborearlos, acababa de decir algo que ni creyó algún día poner en palabras, así que no se atrevió a ver sus ojos grises -Watanade... Si no me sometes dudo mucho que pueda hacer esto... y te lo digo yo, cuánto antes lo hagas, mejor... Te estoy diciendo, no solo esperes dominar mi mente, esa te llevará más tiempo y paciencia... Te estoy dando el privilegio de poseer mi cuerpo, no pienses demasiado o tus ideas se volverán en tu contra, no soy predecible, no soy constante, así que oblígame a serlo - Le sonrío con esa peculiar forma en la que solía hacerlo, como retándolo -No te dejes engañar por mi aparente seguridad ahora mismo - No, la verdad es que se lo estaban comiendo los nervios solo no quería hacerlo evidente, el corazón le latía con fuerza y tuvo que pasarle los brazos alrededor del cuello pegándose a su cuerpo -Sé que no me quieres a medias, pero tendrás que meterte muy profundo si quieres que eso suceda- Su voz de nuevo era una insinuación, una más que clara.

Cerro los ojos y asintio, pegando su frente a la del otro abrio despacio los ojos y le observo, parecia que iba a tener que tomar lo que pudiese poco a poco, no era como lo deseaba pero las cosas no siempre lo eran- abra que jugarcela no?- y en su rostro se dibujo algo parecido a una sonrisa, sin esperar respuesta sus labios se posaron sobre los ajenos y besaron despacio, sin pedir entrar, solo saboreando antes de que la pasion comenzace a surtir efecto y sus movimientos fuesen mas bruscos y exigentes, su brazo alrededor de la cintura se enredo posesivo y lo pego a su cuerpo con la otra en su nuca, manteniendolo donde lo queria al tiempo que lo giraba para volver a la cama.

No, no estaba pensando, solo se dejó llevar por esos labios. No quiso procesarlo, era demasiadopara su mente en ese instante. No se dió mucha cuenta de nada hasta que abrió los ojos de nuevo notando la cama a sus espaldas. Demasiado entretenido como para darse cuenta, por una vez dejó que alguien más fuese el que guiara sus movimientos y que tomara el control de aquel beso. Claro que no se había quedado quieto, sus brazos le habían rodeado, atrayendo más su rostro, para hacer aquel gesto aún más íntimo, más profundo.

Aquella sensación le absorbió por completo, estaba respondiéndole. Si bien no podía responderle o decir claramente las palabras que quería decirle, se preguntaba si entendería aquello. Aunque ya poco le importaba. Sus labios se separaron ligeramente para tomar aire y recorrieron parte de su rostro, tan solo en un ligero toque.

No iba a admitir muchas cosas, como no podía decir en ese momento que su estúpido corazón latía con demasiada fuerza, y no era una sola cosa la que provocaba aquello. No se atrevió a mirarle directamente, el sonrojo evidente en sus mejillas y el cambio en su mirada, no quería que los observara con demasiada calma.

Le miró, por una vez se mantuvo quieto sin tratar de provocarle cuando sintió cómo tomaba sus piernas -Sé que eres tú Alessandro... - Sus labios sobre los suyos se sentían diferente a lo que había pasado antes -Watanade... no dejaría que nadie me hiciera esto más que tú, grábatelo en la cabeza- Estaba nervioso pero ni hablar de que fuese a demostrarlo, bueno, no de momento, por alguna razón creía que él se daría cuenta de un momento a otro, porque siempre lo hacía. Su voz no había sido tampoco lo que solía ser, había sido hasta cierto punto suave para su gusto.

Tuvo que traga saliva ante aquella afirmación. Asintió ligeramente, más para sí mismo, como confirmándose que quería hacer aquello. Bien, no había vuelta de hoja, no podía huir. Se apoderó de sus labios, porque ahora estaba plenamente consciente de la situación y de que no iba a detenerla.Ya no era un juego como hace un rato, por alguna razón él mismo había llevado eso a aquel punto. Estaba tan nervioso que se encargó de que aquel beso durara más de lo que debía, se esforzó en que aquel contacto fuese tan sensual como le fue posible. No lo hizo de forma desesperada, lo hizo con calma, perdiéndose en aquella sensación, sin pensar en nada más que en sus labios y aquel efecto electrizante que viajaba por todo su cuerpo al estar en contacto con él de ese modo.

Se estremeció, realmente estaba completamente perdido...adoraba a ese hombre... se sumio en el beso mas largo que recordaba haberle dado y la intencion de separarce nunca le llego, le acaricio, sus dedos tantearon la entrada de rix y solto un gemido cuando uno de sus dedos se undio en el cuerpo ajeno- te amo rix... te amo como no tienes idea- solto sin siquiera pensarlo dos veces besando sus labios, dejando otros en su rostro, buscando su cuello- te deseo tanto que me duele, te adoro rix...no tienes idea...no necesitas a nadie mas...te dare el cielo...la tierra, todo cuanto quieras y necesites....- hablo mientras le ensanchaba y le llenaba de besos. Posiblemente al dia siguiente se arrepentiria de soltar la boca como lo estaba haciendo, pero en ese momento... todo era perfecto.

Apretó los dientes cuando le sintió tocarle y se movió tratando de apartarse cuando su dedo entró en él. Sus besos fueron suficiente distractor como para que no dijese nada ni intentase apartarse más y lo que le decía hacía que se tranquilizará y es que su maldito ego estaba cediendo ante aquello. Cerró los ojos frunciendo ligeramente el ceño mientras el se encargaba de su cuerpo, era molesto sentir algo dentro de él, sabía bien el proceso, él se lo había hecho a otros, pero la cuestión era que el que se lo hicieran a él no estaba en sus planes.

Llevó sus manos, enmarcando el rostro ajeno y obligándole a mirarlo, el color en su rostro le delataba -Watanade... - Se sentía como un idiota por loq ue iba a decir, pero estaba tan jodidamente nervioso que ya ni sabía cómo hacía o decía las cosas -No seas muy brusco...- Si, la verguenza de decirle eso, aunque fuese apenas audible, y sentirse como alguna chica en su primera vez era el colmo, el noe ra ninguna persona que no supiese que hacer, pero no quitaba que se sintiera estúpido diciendo eso.

Su respiración ya se notaba un poco afectada y decidió que solo podía hacer una cosa. Fue hasta su cuello, besándolo y succionando la piel, moviendo toda su anatomía siguiendo el movimiento del otro, demasiado sutil, lamió su piel pálida como ninguna que hubiese visto. Sus manos volvieron a recorrerle, sentir que le deseaba en ese momento era el mejor alimento para su mente. Pensar que aquel consejero no veía de esa forma a nadie más, esa idea le gustaba, sin duda alguna. Alguien como Alessandro, el no se acercaba a personas así... porque no le gustaba pensar en que alguien tomara su cuerpo y no que el se apropiara y disfrutara del ajeno. -Te odio, Alessandro- en un susurro sobre su piel, la misma frase de siempre pero con aquel toque de sensualidad que hacía ver que el significado de esas palabras no era el adecuado.