Visita {Chris}

La diferencia al entrar a un castillo era que sus guardias le dejaban andar libremente, aún cuando mantenían cierta vigilancia sobre él, dado que era su trabajo. Ahora mismo estaba solo allí, sintiendo un par de miradas sobre él. Ya estaba acostumbrado, así que se limitó a estar sentado en lo que aparecía el consejero de ese reino para guiarle hasta el gobernante. Aquella visita tenía como motivo el afianzar las relaciones entre los dos reinos. Claro que el ya había conocido a quien ocupaba el puesto de rey en aquel lugar, pero había sido de forma clandestina. Era la primera vez que lo vería en las inmediaciones del castillo. Pasaron un par de minutos, en los que se distrajo observando sus propias ropas y jugando con la tela distraídamente. Byakko estaba a sus pies, echado a todo lo largo y en algún momento había terminado por poner los pies sobre el cachorro de tigre que no pareció inmutarse ante eso. Sentía el suave respirar de éste y decidió acercarse y acariciarle las orejas. Escuchó un ronroneo como respuesta. Le gustaban sus orejas redondeadas y suaves, no podía evitar sentirse atraído a ellas, como tampoco a la nariz o las patas del felino. Cuando escuchó pasos acercarse levantó la mirada y aunque pensó en hacerlo no se enderezó ni adoptó la postura que debería, tal vez era la ligera sorpresa de ver a la persona que se encaminaba hacia él. Tampoco pudo pensar en saludarlo apropiadamente. Tan solo sus ojos se encontraban sobre él.

Se sorprendió un poco cuando él hizo aquello y se le quedó viendo de aquella forma, por lo que no atinó a decir nada. Menos mal que le había soltado, porque no alcanzó a ver el tenue sonrrojo que le provocó al verle de manera tan insistente. No estaba acostumbrado, normalmente todos apartaban la mirada cuando el la ponía en ellos, pero había pasado algo como esto antes, si alguien se le quedaba viendo así, no podía evitar sentir aquello, sobre todo con aquella frase. Tardó más de la cuenta en contestar -No se a qué te refieras... pero creo que no...-Su voz había sido un murmullo apenas audible.

Escuchó su explicación y ya estaba siendo llevado por él. Lo que hubieseen su mente? Se preguntó si la suya estaba en relativa paz o si vería algo desagradable al estar ahí.Creía que no pero no estaba seguro. Es decir, si era algo inconsciente? ... Bueno, solo había una manera de saberlo y se estaban encaminando a ese sitio. Realmente quería ir. Escuchaba toda su explicación sin decir nada, realmente no podía imaginarlo aún.

Aquello si que había sido rápido. Eso le daba la sensación de no ubicarse totalmente a pesar de que veía el jardín y asus hombres después de que abriese la puerta. No le dio tiempo de procesar nada. ¿Cenar? Se giró buscando la mirada del que era su consejero como para pedir aprobación. Luego recordó que no se irían ese mismo día. Por alguna raón preferían empezar el viaje de día -Esta bien, acepto tu invitación - Dijo amablemente mientras le sonreía. la sensación desde que le había tomado de la mano era algo extraña, se sentía como ... cómo decirlo? Como si le tratara como un niño que fuese a perderse o algo similar y de algún modo eso le hacía gracia.

Estaba seguro que no le veía de esa forma, era probablemente su idea -¿Qué me invitarás? - Le dijo acercándose un poco. El que le estuviese hablando con aquella naturalidad podría verse mal, así que se había asegurado de mantener el tono y el volumen propicio para hablarle de ese modo.

Aunque pertenecía al reino del agua y su dieta era básicamente la misma, Liam realmente tenía un problema a la hora de comer, sin importar si eran mariscos u otro tipo de comestibles. Porque aunque no decía nada al respecto, lo cierto es que aún resentía ciertas cosas, entre ellas al parecer su estómago se negaba aún a recibir de buena gana los alimentos. Si mantenía eso en secreto era por no preocupar a nadie y es que cada vez tenía menos problema, pero el estar en un lugar que no fuese el que ahora era su hogar le hacía pensar.

Vio la habitación. Hay cosas en la vida a la que ciertas personas no se acostumbran. Ciertamente alguien como Liam no estaba acostumbrado a los lujos no importaba si era en sus tierras o en estas. Pero era algo que jamás iba a decir en voz alta. No es que no fuese cómodo, pero seguía sintiendose fuera de lugar. Entró en la habitación.

-Sobre la comida... lo que tu quieras esta bien. No sé... Hay algo que te guste en particular? Como para recomendármelo? -Se sentó en el borde de la cama que se hundió ligeramente con su peso. Seguramente si ponía la cabeza en una de las almohadas sequedaría dormido -Lo dejo en tus manos, Rey de la Luz -Aquello último lo dijo con un tono infantil, es que le parecía gracioso, el ni siquiera estaba acostumbrado a que le llamasen Majestad o cosas similares, se preguntó si los otros reyes sentirían lo mismo. Se dejo caer sintiendo la suvidad de las sábanas. Sonrió comprobando lo que había pensado. Tenía que ponerse de pie... no quería dormirse aún...

Asintió al mismo tiempo que cerró los ojos. No planeaba dormirse, a decir verdad, solo que era tentador. No, indudablemente no podía dejarle solo en una cena si era como él decía -El menú... no conozco la comida realmente... Solo he probado un par de cosas... por eso creo que será mejor que elijas por mí... -Su voz sonó apagada. Se incorporó de golpe. No, no, no... no podía dormirse.

Se llevó una mano al rostro -No te preocupes, llamarte así me parece extraño, tu nombre está bien para mí... Claro no puedo prometer que siempre podré hacerlo, dado que hay protocolos en algunas ocasiones, pero fuera de eso.. me permitiré llamarte solo Chris... ¿Esta eso bien para ti? - Le vio mientras deslizo su mano para hacerse el cabello hacia atrás.

Ladeó el rostro ligeramente -Chris... cuáles son tus habilidades? -Había escuchado algo de eso, sobre las que podían tener. Tenía curiosidad -Me queda claro que tienes aquella paa moverse como lo has hecho antes al salir de aqui... - sobre lo demás no tenía idea.

Se dejó hacer, pero porque su cuerpo empezaba a sentirse cansado. Eso le pasaba a veces. No sabía si era por la energía que era consumida para limpiar su propio reino, el punto era que solo sucedía de repente. Se rió quedito -mm... las mías son un poco menos útiles, creo.. dependiendo para que las quieras, claro... aunque fue gracias a ellas que sobreviví, así que no podría quejarme...- alzó la mano y empezó a enumerarlas con los dedos, aunque solo fuesen tres -Sanación, Hidrokinesis y Transmutación - Alzó un cuarto dedo pero guardó silencio -Esas son...- dijo bostezando.

La transmutación era la que le servía más de momento, al menos para escaparse. La hidrokinesis se la había mostrado un poco en el lago... Sanación, no había mucho que decir al respecto. Aquella otra que llevaba gracias a su sangre, era mejor no mencionarla. Podría convertirse en un secreto a voces, pero por ahora no muchos lo sabían, probablemente un día lo averiguarían, pero ya no parecía un problema. Tal vez...

Cerró los ojos y su respiración empezó a ser más produnda. Estaba a punto de quedarse dormido.