Días de Lluvia {Libre}

Estaba en el puerto indeciso de lo que estaba por hacer, una cosa era desaparecer una hora y otra muy diferente aterverse a moverse a otro de los reinos rogando porque no le reconociesen. Se acomodó la capucha, cubriendo parcialmente su rostro, se sentía como un fugitivo y al fijar su vista al cielo se dio cuenta que debía calmarse, era de noche pero no se veían entrellas, supo que llovería dentro de poco. Se sintió ligeramente culpable, pero sabía que de nada servía si de todos modos no pensaba detenerse. Vio el barco frente a él. Era el último que saldría ese día, y era uno que en realidad se había retrasado. Giró el cuerpo mirando en dirección a donde se encontraba el castillo, no podía verlo desde ahí, era muy difícil a través de las aguas y cuando la oscuridad se cernía sobre aquellos lugares.

A pesar de ese sentimiento de culpa, no había forma de que algo le hiciera retroceder. Su consejero no notaría su ausencia hasta el amanecer, y para entonces estaría más lejos de lo que sus guardias podrían imaginar. Aún sin ese barco, solo necesitaba un pequeño bote y sin importar que le dejara exhausto habría hecho hecho aquell y atravesado el océano. Cuando se le metía una idea como esa en la cabeza su única forma de detenerla era llevándola a cabo. Suspiró. Esperaba que pudiesen perdonarle por esto. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que ni se fijó en lo que pasaba a su alrededor, ni en las personas ni en nada.

Le vio calmadamente y escuchó con atención -Yo creo que eso ya es suficiente para decir que lo estás... ¿o es que has sentido esa necesidad con alguien antes? Te veo y siento que no... - Que no le preguntara de dónde veía eso, no podía explicarlo, veía sus ojos y le daba esa sensación. Era como vil instinto, pero casi podía asegurarlo. Él jamás había querido así a nadie, ni había necesitado a nadie, porque las circunstancias le habían arrebatado el pensar siquiera en ello.

Había crecido entre científicos que ni siquiera le veían como un ser humano. En ese lugar nunca vio aquel brillo en la mirada de ninguno de ellos. Nuith era un ser oscuro y podía ver eso, eso era algo ¿cierto? Porque cuando hablaba de esa persona su expresión cambiaba. ¿Alguna vez alguien pensaría en él de esa forma? ¿O él mismo tendría esa expresión o esa mirada al evocar en su mente a alguien? Suspiró, no tenía sentido pensarlo.

Arqueó una ceja -¿Por qué dijiste que soy distraído? ¿Cómo es que puedes decirlo? - Lo recordó de pronto y lo dijo tan rápido que incluso rompió el propio hilo de sus pensamientos.

Eso... Eso lo dejo perplejo! Que el más chico le dijese eso y él solo pudo observarle con sus ojos azules de aquella manera. Luego escuchó a Nuith y tuvo que sonreír -Así que soy como un niño - Se levantó -Pero no lo soy... y escaparme de este modo me ha parecido algo infantil también.... un capricho a decir verdad -Se acercó a ellos y se puso de cuclillas viéndoles de esa manera -Indudablemente es por lo mismo... -se río, si, el chico hablaba de un rey que no sabía cómo lucía, indudablemente -Alguna vez has visto al rey? aunque sea de lejos, Logan? -Se incorporó y observó sus ropas -Aunque indudablemente no tengo pinta de uno ¿cierto?- Claro, normalmente vestía aquellas túnicas, era algo que se le había quedado en la cabeza de algún modo, pero era cierto, sus ropas no cambiaban su rostro, tenía razón al haber dicho que más de uno le reconoció en el puerto. La mayoría no eran como el chico frente a él.

-No sé a qué te refieres con eso Nuith, puede que durante estos años no haya vivido nada, pero tengo que ser lo que mi gente necesite, no importa la clase de persona que sea, tengo que ser digno de la confianza que se ha depositado en mí... ¿no es eso? No tengo experiencia, eso es lo que me hace sentir extraño en ocasiones... - Se sentó finalmente en el piso de forma desenfadada -Pero vas a decirme que puedo forzar las cosas? Tal vez soy distraído, ingenuo o lo que sea... pero qué pasa si no es tiempo para mí de conocer las cosas de las que me he perdido hasta ahora... no dicen que todo ocurre por algo y que las cosas sucederán cuando tengan que suceder?- Estaba hablando demasiado, tal vez era el verse fuera de aquella formalidad a la que estaba empezando a acostumbrarse.

Tomó el dulce y suspiró -Sé como suena, y sé que es difícil de ponerte en mi lugar y comprenderme... Sé que para estar en el lugar en el que estoy... -Observó el dulce como si fuese algo que mereciera una atención especial, solo estaba buscando las palabras -Yo lo entiendo... que para gobernar, antes que cualquier otra cosa, debo estar bien... Eso es lo que creo que intentas decirme... ¿o me estoy equivocando?- Le vio y en su rostro se dibujo una expresión diferente. Él no era exactamente como otros reyes, su fuerza no era como la de Efrim o la de Xanxus, ellos poseían una presencia que se imponía, él por su parte creía que lo suyo radicaba en algo diferente pero igual de potente.

Aún cuando a veces decía cosas, estaba completamente seguro que el que él fuese elegido no podía ser un error. Había intentado negarse, pero entonces lo había visto de un modo diferente -Aún no me acostumbro a ser un rey y a veces creo que nunca lo haré... No tuve tiempo ni de disfrutar ni de sufrir como otros durante esa guerra.. No puedo comprender muchas cosas... pero estoy seguro que puedes entender .. -Hizo una pausa pasando la mirada por ambos -No estoy sacrificándome... es solo que me he dado cuenta... no importa si tengo que olvidarme de ciertas cosas, o si tengo que dejar de hacer algunas, eso está bien para mí...- Le dio vueltas al dulce en sus manos viéndolo y haciendo una pausa -... ¿está mal? ¿Que ver feliz a toda esa gente sea lo que me traiga mayor felicidad? Yo quiero hacer muchas cosas, no tuve nada ... durante años, solo quería ser libre de la prisión en la que estaba... es por eso... que no importa el precio, quiero hacer algo por otros... porque es eso lo que me hace sentir bien... porque cuando veo que soy capaz de ayudar a alguien, sin importar de qué se trate... en esos momentos me doy cuenta, de que cuando mire atrás, jamás podré arrepentirme - No sabía si lo estaba explicando bien, incluso eso, en todos esos años, no tuvo una conversación decente. Algunos de los científicos hablaban con él, solo por entretenerse, después, cuando se quedó solo, empezaba a recitar todo lo que conocía, como si al no hacerlo pudiese olvidar cómo comunicarse.

Suspiró viéndole, luego sonrió ampliamente desenvolviendo el caramelo, llevándolo a sus labios -Puede que un día mis prioridades cambien, no puedo asegurar que mi forma de pensar será la misma... pero no puedo verlo de otra forma en este instante... - Se levantó y le revolvió los cabellos a Logan -... Los reyes anteriores dieron su vida por regresar la paz a este mundo... yo no puedo hacer menos ahora... ese es mi deseo... Aún no soy el líder que este pueblo necesita... pero lo seré...- A veces su actitud parecía contradictoria como en ese instante. Sonrió -Pues Logan, estas frente a mí, tu sabrás si esos rumores son ciertos- se acercó nuevamente a la cama para sentarse.

-No pretendo que comprendas la forma en la que veo las cosas, solo que siento que crees que hago esto sin pensar en mí o que estoy haciendo esto como una obligación... y no es así... -Contestó tranquilo -Todos tienen contrariedad en cierta forma... y no soy bueno con las palabras, no es lo mismo hablar simplemente a una pared que hablar con una persona y menos si tratas de explicar algo como esto....- Observó el rostro de Logan desde que había dicho lo anterior.

Cuando se acercó para saludarle de nuevo solo sonrió -Preferiría dejar fuera los formalismos, todos me tratan así y siento la distancia justo por eso - Tomó su mano entre las suyas apretándole ligeramente -No quiero eso, no puedo evitarlo en el castillo, son normas que deben cumplirse, pero aquí eso no importa, así que me quedo con el primero de tus saludos

Se río, en realidad su caso era ligeramente diferente al de la pequeña reina, él por lo menos era alguien con más edad, ella era una niña sin importar que tuviese tal voluntad y astucia, que la trataran de aquel modo a él le parecía exagerado. Al inicio a él le habían tenido en un intensivo entrenamiento para que pudiese hacerse cargo de todo el papeleo y cuestiones que tenía como Rey. El problema con el sin embargo, había sido que no tenía idea de muchas cosas que el sentido común debería haberle dicho.

-Creo que solo tratan de protegerla, pero a veces no le dan la suficiente libertad que necesita, pero yo creo que ella podrá nivelarlo... Somos nuevos en esto, después de todo...

Vio a Nuith -Es cierto, yo debería poder hacer eso también... - Claro, que a él no había quien le causara algún disgusto sin importar quien fuera, su razonamiento era extraño y jamás le había caído mal nadie. Siempre veía de manera positiva a las personas y a veces no era exactamente porque saltara a la vista o porque existiera...

La intromisión de aquella chica le hizo girarse, sorprendiéndose un poco. Al haberla visto caer se había levantado en automático para ayudarla, pero antes de llegar a ella ya se había puesto de pie. Observó a Nuith por acto reflejo y luego regresó su vista a la mujer.

-¿Se encuentra bien? No se preocupe, no es ningún problema en absoluto - Le contestó al saludo con un movimiento ligero y tan educado como se lo habían enseñado -El movimiento del barco no ha sido culpa suya, así que no se disculpe - Le sonrió de forma amable. Había sido un tanto brusco, las disculpas estaban de más.

-¿Hay algo que podamos hacer para ayudarle? - Le miró tranquilamente con sus ojos azules. Solo hubo un momento en el que su vista bajo, fijándose en sus ropas, había sido solo un segundo antes de volver a ver su rostro. Luego pensó que había hablado por los otros in su aprobación. Esperaba que eso no fuese un problema, alguien le había dicho que no debía dar esas cosas por hecho.

Se agachó a recoger el resto de las cosas sin entender las expresiones de ambos ni la situación en sí, pero mejor no pensarlo demasiado. No quiso decir nada mientras les veía distraídamente y le extendió las cosas a la chica para que las guardara entre sus pertenencias como ella creyese más conveniente. Si bien hubiese prestado atención se habría sonrojado pero sus sentidos estaban en otra cosa para su propio bien.

Alzó la mirada al fin viendo el uniforme y parpadeó un par de veces. Bueno, no es que fuese raro, pero no era muy frecuente enviar a una sola persona en algo relacionado a los asuntos diplomáticos, conocía los nombres del general y el vicealmirante y estaba casi seguro de que eran hombres, así que no estaba seguro del puesto de ella. Sacudió la cabeza dejando que aquellos pensamientos se esfumaran.

Últimamente tenía sueños extraños y no solo eso, parecían estar pasando algunas cosas que no sabría bien explicar cómo habían sucedido, órdenes que él no había dado y que sin embargo más de un testigo había dicho que era él quien las había dicho, quiso indagar pero sin meterse con la privacidad de sus soldados, sin lograr nada. Pero no por la situación en el castillo iba a desconfiar de otros, no estaba en su comportamiento así ue en ningún momento a menos que fuese necesario usaría sus habilidades para averiguar algo de una persona sin preguntar directamente y eso aplicaba con la señorita frente a él.

-No dude en preguntar o pedir lo que necesite- dijo enderezándose y viéndole fijamente. Era algoq ue no podía quitarse, el ver así a las personas de repente -¿Cuál es el motivo de su viaje...?- olvidó su pregunta casi de inmediato, y sus ojos se desviaron, era como ver un manual en su mente. No sabía cómo se llamaba la chica y era justamente por una sola razón -Siento mis modales, señorita, pero ha sido debido a la forma inesperada de encontrarla... Mi nombre es Liam- dijo y asintió como si estuviese cumpliendo con los puntos en una conversación. Finalmente le sonrió de esa forma peculiar que tenía de hacerlo.

-Esto es extra-oficial, así que no debería hacer eso, aunque creo que tienen razón en decir que no puedo pasar desapercibido como hubiese querido - Le enseñó educadamente, con un ademán que era más bien una invitación, la cama que ahora estaba libre -Puede sentarse si gusta y ... gracias, es un placer también conocerle - Se movió sentándose a un lado de Logan también, pero en el lado contrario al que Nuith había ocupado, no quiso girarse a verlo cuando dijo aquello, pero él lo había escuchado perfectamente.

¿Un arlequin? ¿Por qué decía eso? Habría preguntado, pero algo le hacía permanecer en silencio, tardó un poco pero notó su mirada y tuvo que girarse un poco para ver a Nuith de reojo. Sus ojos se posaron en ella de nueva cuenta, sus gestos a él no le decían lo que debían, solo pensó que era extraño que alguien con su cargo estuviese en esas circunstancias.

Un arlequín, ¿qué características tenía un arlequín? Pensándolo se daba cuenta de que él jamás había visto a uno. Bueno, eso y muchas cosas aparte de eso. Se hizo hacia atrás y subió las piernas cruzándolas sobre la cama y recargando así sus brazos sobre ellas.

-¿Cómo es que ha confundido el barco, señorita Akane? Las personas con cargos como el suyo no suelen cometer ese tipo de errores -luego guardó silencio y vio a Nuith. Estaba mal decirlo de esa manera ¿cierto? No sabía cómo había sonado aquello -Espero no tenga problemas por eso... -dijo con un volumen más bajo ahora.

Liam escuchó la explicación y las palabras de ambos, y entonces decidió permanecer callado. Sentía algo raro en el ambiente, no se daba cuenta, pero era por eso que ahora se mantenía en silencio aunque no lo comprendiera. Observó al más pequeño de todos ellos y le extendió la mano y le sonrió. Se sentía justo como cuando lo tenían en aquel laboratorio, aunque no estaba seguro de qué sensación era esa.

Suspiró bajando la mirada dejando que esta se desviara de la chica. Claro, eso que decía Nuith era la forma en que debió decirlo, él sonaba tan casual y natural hablando, él sabía que cuando el lo hacía tal vez no parecía de ese modo. La chica era un coronel y en un barco equivocado, pero el era un rey escapándose de su castillo, no tenía derecho a decir mucho ¿no? Se distrajo y su mente divago un poco mientras la veía. Había algo que le llamaba la atención... lo de arlequín seguía resonando en su mente de alguna manera.

Aún no sabía como es que eso concordaba con ella, pero es que no la conocía, pero Nuith tampoco. Desvió la mirada, su mente se abrió a los que estaban presentes casi de manera automática, sin que él se diese cuenta de ello, era por el estado en el que e encontraba en ese justo momento.