Picnik con los amigos. (tema libre)

Se había perdido estando en un lugar desconocido como aquel. Cuando pensó que realmente no hallaría nada por allí, Byakko empezó a avanzar en cierta dirección a lo cual el tuvo que responder siguiéndole. Era un tigre, seguro que su instinto le ayudaba. Cuando a lo lejos observó una figura pensó que estaba en lo correcto. Una sonrisa se dibujo en su rostro al irse acercando.

-Hola... -dijo de la manera más natural que pudo, aunque su sonrisa había desaparecido. Era una mala manía inconsciente la de poner cara de seriedad frente a la mayoría. Pero bueno, no era así todo el tiempo...

Le sorprendió un poco que hiciera aquello, no terminaba de acostumbrarse a que alguien le tratara de aquella manera. Era taan raro... de verdad, en el castillo todos tenían esa distancia con él, que a decir verdad sabía por qué, pero eso no le quitaba lo extraño... esto era, por otro lado, el extremo contrario y también era extraño.... bueno, no iba a pensar demasiado en ello.

Le correspondió al abrazo -En realidad ya me había perdido... -confesó - Byakko te ha encontrado... dijo señalándolo.

Le sonrió por el comentario del felino como pocas veces lo hacía, con esa expresión casi infantil en su rostro -¿Verdad que lo es? Fue tan raro encontrarlo en las cercanías del castillo, pero es tan bonito - dijo agachándose y acariciando al tigre.

Aquel sujeto le hacía reír de alguna manera en que no había hecho en mucho tiempo.

-Si, en realidad el es mejor que yo ubicándose... -Se quedó viendo al felino -una novia ¿eh? -Byakko parecía un gatito ante aquellas caricias. Aunque fuese un tigre y no fuese tan pequeño como uno... pero era realmente adorable.

-¿Alguien más vendrá? ¿Qué hacías mientras esperabas- Se acercó al lugar en el que le había visto antes y se sentó en el suelo. Había ido al reino por un asunto diplomático y una vez terminado se le había escapado al consejero porque había quedado de ver a esta persona aquí.

Tomó lo que le ofrecía. La verdad es que no había comido nada y ya empezaba a necesitar que le faltaba energía.
-No, no, esta perfecto- dijo sonriendo de manera infantil. Se giró a ver los alrededores, mientras se metía un pedacito del emparedado a la boca -Espero que lleguen y que no tarden mucho, entonces...
Luegio se volvió a él -Realmente Byakko parece sentirse a gusto contigo... rara vez se comporta así con otros...- No era consciente de que el gato no era el único, eso también era aplicable a su propia persona... Solo que no se veía a sí mismo con aquella actitud despreocupada y sonriendo de aquel modo, así que no terminaba de captarlo....

-Si supongo que eso será... - Observó a Byakko dar vueltas por ahí.
-Especial y a tu modo me suena bien! -Suspiró al escuchar la pregunta -¿Mi día? Pues hoy ha sido algo aburrido, a decir verdad, no logro acostumbrarme a eso. Es que les escucho hablar durante horas, al final se giran viéndome a mí para que diga algo elocuente y la verdad a veces ya no sé si mi juicio es el correcto...
Lo miró como averiguando si decir eso era adecuado para él, pero estaban allí y nadie los escuchaba ¿no? estos últimos días los había sentido algo pesados, aunque ya no estaba seguro si era por una u otra causa.

Le sonrió. A decir verdad a él no le gustaba estar encerrado tampoco, no importaba el lugar o que tan espacioso pudiese ser, sentía que se asfixiaba de repente. Tal vez eran los recuerdos, quién sabe... el punto era que no le ustaba estar así muco rato...

-Tu trabajo parace complicado... Me pregunto si yo le complico las cosas al consejero de mi reino... -dijo poniendo cara de duda. Es decir, acababa de escaparse para ir a allí... Se preguntaba que cara pondría cuando le viese volver... Aunque quién sabe...

Byakko se acercó y ronroneó acariciándose contra él, mientras el comía despacio lo que tenía entre manos.

Se le quedó viendo con cara de no entender por qué decía eso -No, eso estaría mal... yo no debería darle tantos problemas... - dijo ladeando la cabeza al decir eso.
-Le conoces bien? -preguntó por la forma en la que hablaba de él, eso le había parecido y bueno, la curiosidad le ganaba. No había escuchado a nadie hablarle de esa forma así que no había podido evitar preguntar.
Estaba esperando ver qué le decía, pero su mirada se desvió vieendo el árbol que esta detrás de su interlocutor. El follaje y la luz que veía a través de sus ramas. Ese reino, como era lógico era muy diferente al suyo... totalmente diferente...

-Yo no soy un pez y vivo bajo el agua -dijo encogiéndose de hombros... tampoco tenía branquias aunque pudiese respirar con normalidad en lugares como el que se encontraba el castillo, en la profundidad de lecho marino.
Su comentario le había hecho gracia y por una vez dejo escapar una risita que no pudo contener por más que lo había intentado. Ese sujeto frente a el era bastante curioso...
-Pues estoy muriendo de hambre, así que no te preocupes... -Se había salido sin comer nada. Estando en su prpio reino casi siempre lo que había para comer eran las cosas tradicionales de por ahí... pescados y mariscos. Y aunque no se iba a quejar, la verdad es que le encantaba comer otro tipo de cosas.

-No es eso... -Casi hizo un puchero. Sabía que ciertamente comía poco, pero la verdad es que le estaba costando algo ahora. No se lo había dicho a nadie, pero aún cuando ya había pasado un tiempo, a veces su cuerpo se negaba a aceptar los alimentos, parecia un efecto secundario de haber permanecido tanto tiempo encerrado y sin comer. Pero eso no sucedía seguido, y tampoco sabía qué lo provocaba -No he comido antes de venir aquí, pero no te preocupes, que no me descuidaré -sonrió cual niño pequeño.

Sintió el tacto del otro en su rostro, y solo le observó curioso ¿de verdad creía que estaba tan delgado? a él no se lo parecía. Estuvo a punto de desviar la mirada para verse a sí mismo, pero permaneció viendo lor orbes del consejero de la luz. Luego se dio cuenta de lo extraño que le resultaba un gesto como aquel, pero no es que le molestara, era solo que no solía haber nadie que hiciera esas cosas cerca y apenas se daba cuenta.