Visita {Chris}

La diferencia al entrar a un castillo era que sus guardias le dejaban andar libremente, aún cuando mantenían cierta vigilancia sobre él, dado que era su trabajo. Ahora mismo estaba solo allí, sintiendo un par de miradas sobre él. Ya estaba acostumbrado, así que se limitó a estar sentado en lo que aparecía el consejero de ese reino para guiarle hasta el gobernante. Aquella visita tenía como motivo el afianzar las relaciones entre los dos reinos. Claro que el ya había conocido a quien ocupaba el puesto de rey en aquel lugar, pero había sido de forma clandestina. Era la primera vez que lo vería en las inmediaciones del castillo. Pasaron un par de minutos, en los que se distrajo observando sus propias ropas y jugando con la tela distraídamente. Byakko estaba a sus pies, echado a todo lo largo y en algún momento había terminado por poner los pies sobre el cachorro de tigre que no pareció inmutarse ante eso. Sentía el suave respirar de éste y decidió acercarse y acariciarle las orejas. Escuchó un ronroneo como respuesta. Le gustaban sus orejas redondeadas y suaves, no podía evitar sentirse atraído a ellas, como tampoco a la nariz o las patas del felino. Cuando escuchó pasos acercarse levantó la mirada y aunque pensó en hacerlo no se enderezó ni adoptó la postura que debería, tal vez era la ligera sorpresa de ver a la persona que se encaminaba hacia él. Tampoco pudo pensar en saludarlo apropiadamente. Tan solo sus ojos se encontraban sobre él.

-Ah, eso es difícil para mí de decir, realmente no conozco bien más que una zona del reino... Me han explicado la mayoría de las cosas y en las ocasiones que me he podido escapar no he podido ir muy lejos... Pero la gente es tranquila y amable, eso es lo que puedo asegurar...- Había intentado por todos los medios que aquella falta de conocimiento de su parte no afectara lo demás, por eso se había puesto a hacer ciertas cosas, a preguntare ir buscando por ahí lo que le pareció el mínimo necesario. Con todo, la mayor parte del tiempo estaba en el castillo.

Se preguntó como era para un elemento para la luz... Cuando aquella piedra había llegado a sus manos, había podido sentirlo, el descontrol en el agua de todo el reino y en esas primera ocasiones también pudo sentir como era que él con su cuerpo y su energía tenía que arreglar eso. Pero no podía imaginarse lo que debían hacer el resto, porque era diferente, ¿no es cierto?

-Quisiera poder ver con mis propios ojos todos esos lugares que deseo proteger de ahora en adelante, sin embargo, el lugar en el que nací ya no existe... en el. que crecí estaba en un caos la última vez que lo vi... A partir de ahí para mi son solo sombras, no sé nada de loq ue pasó, me siento un poco mal de que tengan en lo más alto a una persona que deconoce los acontecimientos que sucedieron en los últimos alos... -Pero tampoco era su culpa el haber estado encerrado, solo podía poner todo su esfuerzo en enmendar aquello. Se acomodó el cabello y las telas se deslizaron por sus brazos, dejando ver aquel que era el emblema que le reconocía y le había escogido para estar en el sitio en el que se encontraba. Aquella piedra engarzada en aquel brazalete, la miró por un momento -Somos personas también, pero ahora tenemos a muchos que dependen de nosotros ¿no? Eso hace que nuestra libertad disminuya considerablemente- Le sonrió -¿No es eso?

Le vio con más que curiosidad en su rostro -Pues... yo no he estado mejor... -Se rió recordando aquello -Estaba tan desubicado cuando desperté dándome cuenta de que no tenía idea de dónde estaba ni de quié me había salvado, porque seguramente no habría podido sobrevivir por más tiempo... Me han dicho que era quien debía gobernar, no sé que cara abre puesto, pero sabía que no podía negarme aunque me pareciera descabellado y fuera de lugar -.

Claro, había leído la mente del consejero que le había sacado de aquel laboratorio eso le había dado toda la información que necesitaba para saber que no había forma d eludir a aquella piedra. Estaba omitiendo que no solo había dormido un par de horas, su cuerpo se había tomado todo el tiempo que pareció ser más de lo que cualquiera pudiese haber esperado, cuando lo vio en los recuerdos del joven que estaba su lado cuando abrió los ojos vio la desesperación de haber creído casi perder a la persona que había estado buscando para entregarle aquel símbolo.

-Yo no lo sé... lo único que tengo en mente es mantener esta paz que nos fue otorgada y recuperar la estabilidad que la guerra se llevó consigo... - Claro, no tenía ni idea de cómo hacerlo. Y tenía serios problemas aún manteniéndose a sí mismo, aunque intentase ocultarlo y las cosas hubiesen mejorado poco a poco, así que había decidido confiar ciegamente en su gente para lograr aquello. Aunque no había diferencia, habría confiado en ellos de cualquier manera.

Desvió la mirada en un claro gesto de estar ocultando algo. Si estaba negado para algo seguro era para mentir y captar indirectas. Se había quedado de ver con el consejero del reino de la luz después de todo, lo que implicaba que no solo él se estaría escapando, serían ambos. Intentó distraerse pensando en otra cosa esperando que el otro no captará aquello. Se detuvo de golpe al recordar algo -Byakko...- dijo en un murmullo. Había dejado al felino fuera del castillo hasta donde sabía. El cachorro de tigre se había echado allí y había decidido dejarle hacer lo que quería. Sabía que no era una mascota corriente y no era por ser un gran felino, al estar pasando tanto tiempo con él le hacía darse cuenta que de normal no tenía nada.

Su consejero había dicho que nunca había visto un tigre que pudiese vivir en el castillo que estaba en las profundidades de las aguas, eso le hizo pensar que tal vez podria ser que tuviese alguna cualidad especial. Pero siendo su compañero decidió olvidarlo y eso. -Tu reino... -Señaló el cielo - Es bonito poder observar la luz del sol de esta manera, y ver el cielo así... -Si, tenía una fijación con eso. claro que en en sus tierras también era posibe, pero él estaba casi siempre en el castill así que la vista era totalmente distinta. Y aún en la supericue le parecía que no se comparaba. Probablemente era esa claridad que no había visto en otro lado.

Caminó sin preocuparse de nada, viendo a su alrededor sin perder vista de nada. Le gustaba observar como si estuviese grabando todo aquello. Una sonrisa se formó en sus labios, una más bien casi infantil al notar movimiento aquí y allá, al notar algunas flores o algún animalito escondiéndose por ahí. Así era la mayoría del tiempo, se sentía atrapado hasta por lo más mínimo de repente. Poco le faltaba para ponerse a jugar por ahí en la primera oportunidad que encontrara.

-Byakko es mi amigo... es un cachorro de tigre - Ahora si que parecía un niño contestando con aquel rostro alegre al pensar en ello, pero el felino era quien estaba casi todo el tiempo con él, le tenía un cariño especial. Se había mantenido lejos de las demás personas pero cuando se vio arrastrado a los juegos empezó a reír -Te vas a reír, pero nunca vi un lugar así antes, ¿es divertido? -Dijo con una seria duda viendo los juegos y señalándolos.

Se dejo llevar por uno de los pequeños que le había visto con cara de incredulidad y le pidió que le empujara en los columpios, él solo le sonrió y asintió. Claro que podía hacer algo como eso. Dejo que se subiera y le empujó despacio -Claro que no es raro, dado que estabamos en plena guerra... - Tenía lógica, quién iba a ir a jugar por ahí con todo hecho un soberano desastre? Las personas que le cuidaban, además, parecían tener demasiado miedo, probablemente porque se habían dado cuenta de que Liam llamaba la atención de los soldados, sin embargo el jamás notó ese detalle ni las miradas que le dirigían. Trataba de ocultar aquella habilidad pero a veces los pensamientos de la gente le llegaban sin que el lo quisiera, y cuando no los estaba viendo directamente a veces no se daba cuenta de que no era algo a lo que debiese responder, ues lo escuchaba tan claro como si la voz hubiese salido con sonido de sus labios.
-Byakko probablemente se haya dado cuenta de que no estoy porahí y con seguriad me buscará... qué tan lejos estamos? - Si decía eso es porque ya había pasado alguna vez, aunque nunca se había alejado demasiado.

-Si es Byakko no importa si lo descubre, así esta bien... - Aún así le alcanzó poniéndose a su lado. La verdad aún no quería vover, es decir, acababan de salir de allí. Hizo una ligera mueca por eso. No podía llevarle la contraria, se le hacía que eso esaba mal, por eso mejor ya no dijo nada.

Pero lo que apenas logró escuchar le llamó la atención, como las cosas moviéndose llaman a un gato -Eh? dónde es eso? - Preguntó con curiosidad. ¿A qué lugar se refería? -Quiero verlo. ¿Realmente es así?-Dijo casi como si fuera cualquiera de los niños que apenas y habían soltado las ropas del otro. Una sonrisa radiante y de lo más infantil se había formado en su rostro.

Puso un gesto de haber hecho algo malo al decir eso. No, no, no debía pedírselo. Tal vez era lo más viable irse al castillo. Quien sabe, tal vez tenía obligaciones que cumplir y no se lo estaba diciendo. Claro, eso no le sonaba muy acertado, ero cabía la posibilidad. aún así no podía imaginarse un lugar en el que la realidad y una ilusión parecieran fundirse de manera natural, asíq ue realmente la curiosidad le estaba carcomiendo las entrañas.

Se sorprendió un poco cuando él hizo aquello y se le quedó viendo de aquella forma, por lo que no atinó a decir nada. Menos mal que le había soltado, porque no alcanzó a ver el tenue sonrrojo que le provocó al verle de manera tan insistente. No estaba acostumbrado, normalmente todos apartaban la mirada cuando el la ponía en ellos, pero había pasado algo como esto antes, si alguien se le quedaba viendo así, no podía evitar sentir aquello, sobre todo con aquella frase. Tardó más de la cuenta en contestar -No se a qué te refieras... pero creo que no...-Su voz había sido un murmullo apenas audible.

Escuchó su explicación y ya estaba siendo llevado por él. Lo que hubieseen su mente? Se preguntó si la suya estaba en relativa paz o si vería algo desagradable al estar ahí.Creía que no pero no estaba seguro. Es decir, si era algo inconsciente? ... Bueno, solo había una manera de saberlo y se estaban encaminando a ese sitio. Realmente quería ir. Escuchaba toda su explicación sin decir nada, realmente no podía imaginarlo aún.

Aquello si que había sido rápido. Eso le daba la sensación de no ubicarse totalmente a pesar de que veía el jardín y asus hombres después de que abriese la puerta. No le dio tiempo de procesar nada. ¿Cenar? Se giró buscando la mirada del que era su consejero como para pedir aprobación. Luego recordó que no se irían ese mismo día. Por alguna raón preferían empezar el viaje de día -Esta bien, acepto tu invitación - Dijo amablemente mientras le sonreía. la sensación desde que le había tomado de la mano era algo extraña, se sentía como ... cómo decirlo? Como si le tratara como un niño que fuese a perderse o algo similar y de algún modo eso le hacía gracia.

Estaba seguro que no le veía de esa forma, era probablemente su idea -¿Qué me invitarás? - Le dijo acercándose un poco. El que le estuviese hablando con aquella naturalidad podría verse mal, así que se había asegurado de mantener el tono y el volumen propicio para hablarle de ese modo.

Aunque pertenecía al reino del agua y su dieta era básicamente la misma, Liam realmente tenía un problema a la hora de comer, sin importar si eran mariscos u otro tipo de comestibles. Porque aunque no decía nada al respecto, lo cierto es que aún resentía ciertas cosas, entre ellas al parecer su estómago se negaba aún a recibir de buena gana los alimentos. Si mantenía eso en secreto era por no preocupar a nadie y es que cada vez tenía menos problema, pero el estar en un lugar que no fuese el que ahora era su hogar le hacía pensar.

Vio la habitación. Hay cosas en la vida a la que ciertas personas no se acostumbran. Ciertamente alguien como Liam no estaba acostumbrado a los lujos no importaba si era en sus tierras o en estas. Pero era algo que jamás iba a decir en voz alta. No es que no fuese cómodo, pero seguía sintiendose fuera de lugar. Entró en la habitación.

-Sobre la comida... lo que tu quieras esta bien. No sé... Hay algo que te guste en particular? Como para recomendármelo? -Se sentó en el borde de la cama que se hundió ligeramente con su peso. Seguramente si ponía la cabeza en una de las almohadas sequedaría dormido -Lo dejo en tus manos, Rey de la Luz -Aquello último lo dijo con un tono infantil, es que le parecía gracioso, el ni siquiera estaba acostumbrado a que le llamasen Majestad o cosas similares, se preguntó si los otros reyes sentirían lo mismo. Se dejo caer sintiendo la suvidad de las sábanas. Sonrió comprobando lo que había pensado. Tenía que ponerse de pie... no quería dormirse aún...

Asintió al mismo tiempo que cerró los ojos. No planeaba dormirse, a decir verdad, solo que era tentador. No, indudablemente no podía dejarle solo en una cena si era como él decía -El menú... no conozco la comida realmente... Solo he probado un par de cosas... por eso creo que será mejor que elijas por mí... -Su voz sonó apagada. Se incorporó de golpe. No, no, no... no podía dormirse.

Se llevó una mano al rostro -No te preocupes, llamarte así me parece extraño, tu nombre está bien para mí... Claro no puedo prometer que siempre podré hacerlo, dado que hay protocolos en algunas ocasiones, pero fuera de eso.. me permitiré llamarte solo Chris... ¿Esta eso bien para ti? - Le vio mientras deslizo su mano para hacerse el cabello hacia atrás.

Ladeó el rostro ligeramente -Chris... cuáles son tus habilidades? -Había escuchado algo de eso, sobre las que podían tener. Tenía curiosidad -Me queda claro que tienes aquella paa moverse como lo has hecho antes al salir de aqui... - sobre lo demás no tenía idea.

Se dejó hacer, pero porque su cuerpo empezaba a sentirse cansado. Eso le pasaba a veces. No sabía si era por la energía que era consumida para limpiar su propio reino, el punto era que solo sucedía de repente. Se rió quedito -mm... las mías son un poco menos útiles, creo.. dependiendo para que las quieras, claro... aunque fue gracias a ellas que sobreviví, así que no podría quejarme...- alzó la mano y empezó a enumerarlas con los dedos, aunque solo fuesen tres -Sanación, Hidrokinesis y Transmutación - Alzó un cuarto dedo pero guardó silencio -Esas son...- dijo bostezando.

La transmutación era la que le servía más de momento, al menos para escaparse. La hidrokinesis se la había mostrado un poco en el lago... Sanación, no había mucho que decir al respecto. Aquella otra que llevaba gracias a su sangre, era mejor no mencionarla. Podría convertirse en un secreto a voces, pero por ahora no muchos lo sabían, probablemente un día lo averiguarían, pero ya no parecía un problema. Tal vez...

Cerró los ojos y su respiración empezó a ser más produnda. Estaba a punto de quedarse dormido.